Este sábado por la mañana, el Casco Viejo de Pamplona ha rebosado vida y energía en la celebración de su gran fiesta anual. Calles, plazas y rincones emblemáticos del barrio se han llenado desde primera hora de un ambiente inmejorable, con cientos de personas participando en talleres, exhibiciones, actividades infantiles, danzas, música y almuerzos populares, todo organizado con mimo por la Comisión de Fiestas del Casco Viejo y con la colaboración de colectivos y comercios del barrio.
La jornada, que pone en valor la convivencia y la identidad del Casco Viejo, está pensada como una gran cita participativa y abierta a toda la ciudadanía. Con un sinfín de propuestas culturales, gastronómicas y festivas para todos los gustos, el Día del Casco Viejo es, año tras año, un ejemplo de dinamismo vecinal, cooperación y orgullo de barrio.
Tras una mañana intensa y repleta de actividad, la fiesta continuará con fuerza a lo largo de la tarde. A partir de las 16:30 horas, la programación sigue con propuestas para todas las edades:
16:00 – Plaza Santa Ana: Juegos populares para grandes y pequeños, una oportunidad perfecta para disfrutar en comunidad.
17:00 – Plaza del Ayuntamiento: Danzas de la mano del grupo Ortzadar, que ha llenado de música y color distintas plazas a lo largo del día.
18:00 – Calle Aldapa: Auzofesta dantzaz blai! Música y baile para toda la familia, en un ambiente distendido y festivo.
18:00 – Calle Jarauta: Campeonato de futbolín en el bar Giroa, una de las citas más esperadas por los habituales del barrio.
18:30 – Plaza del Ayuntamiento: El grupo Ortzadar cerrará su participación con la tradicional despedida y vuelta a casa.
Y para quienes aún tengan energía, a las 20:00 horas, el grupo Skatu pondrá el broche final con un concierto en la calle Carmen, frente a la peña El Bullicio, en una de esas noches donde el Casco Viejo se transforma en un escenario festivo al aire libre.
La fiesta de este sábado no solo celebra un barrio, sino todo un modo de vivirlo: cercano, colaborativo y orgulloso de su diversidad. El Casco Viejo vuelve a demostrar que es mucho más que un espacio urbano; es una comunidad viva.
Redacción Pamplona Actual
