El informe medioambiental elaborado por el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra da la razón al Ayuntamiento de Tudela: la planta centralizada de fangos proyectada por la empresa pública NILSA se encuentra en una zona de alto riesgo de inundación. El alcalde, Alejandro Toquero, ha exigido este martes la paralización inmediata y definitiva de un proyecto que considera «disparatado y opaco desde el primer momento».
El informe, redactado por la Sección de Calidad del Agua y Obras Hidráulicas, señala que los terrenos donde se planea levantar esta infraestructura se sitúan dentro del flujo preferente del río Ebro, en una zona afectada por periodos de retorno de entre 50 y 100 años y calificada como de riesgo alto de inundación. Con estos datos sobre la mesa, el documento concluye de forma tajante que «no se puede informar favorablemente» desde el punto de vista de la normativa vigente en materia de inundabilidad.
Toquero: «Un proyecto que jamás debió estar sobre la mesa»
El alcalde de Tudela ha aprovechado la publicación del informe para insistir en la retirada definitiva del proyecto, que califica de inviable, peligroso y políticamente motivado. «La incertidumbre sobre el alcance, el coste y los plazos de las obras de adaptación necesarias debería ser suficiente para que el Gobierno de Navarra dé carpetazo a este disparate», ha afirmado Toquero.
Además, ha arremetido duramente contra el PSN y contra el presidente de NILSA, Óscar Chivite, a quienes acusa de utilizar el proyecto como una maniobra política: «Insistir en esta descabellada iniciativa solo serviría para reafirmar que quieren castigar a quienes no les votan, incluso a costa de poner en riesgo la seguridad de los vecinos y el futuro de nuestra huerta».
Riesgos denunciados desde el inicio
El Ayuntamiento de Tudela ya había advertido de estos riesgos en las alegaciones que presentó ante la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Según el consistorio, el proyecto no es solo una ampliación de la EDAR, como ha defendido NILSA, sino la construcción de una planta de biogás que necesitaría grandes volúmenes de fangos como materia prima, muchos de ellos procedentes de otras zonas de Navarra.
La instalación, que ocuparía una superficie de 10.000 metros cuadrados, se ubicaría a escasos 100 metros del cauce del Ebro, en su margen derecha, y parte de la parcela estaría en la zona de policía de cauces, competencia directa de la CHE, que también debe emitir un informe determinante.
Petición de documentación y nuevas advertencias
Durante el último consejo de administración de NILSA, celebrado hace apenas una semana, Toquero ya solicitó a Óscar Chivite toda la documentación técnica y administrativa del proyecto, al considerar que existen «dudas razonables» sobre su legalidad y transparencia.
Hoy, tras conocerse el informe del Gobierno foral, el alcalde ha afirmado que «queda demostrado que teníamos razón desde el principio» y ha advertido de que el Ayuntamiento no permitirá que se ejecute una planta de estas características en una ubicación inundable.
Con esta nueva evidencia técnica, el conflicto por la planta de fangos se recrudece, y se abre un frente institucional que podría enfrentar a distintas administraciones —local, foral y estatal— en defensa del territorio, la legalidad urbanística y el interés general.