Los dos ascensores de Descalzos permanecerán fuera de servicio entre el 15 y el 28 de julio con motivo de los trabajos preparatorios para una reforma integral que comenzará el próximo otoño. Esta actuación, que afecta a una infraestructura en funcionamiento desde 2008, busca mejorar la fiabilidad y seguridad del servicio, clave en la conexión entre la Rochapea y el Casco Antiguo.
Durante estas dos semanas de cierre, el Ayuntamiento de Pamplona y la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona han acordado reforzar la frecuencia de la línea de autobús 14, que conecta la Rochapea con el centro. La frecuencia pasará de 30 a 15 minutos todos los días y durante todo el día. Asimismo, se habilitará una parada provisional de subida antes del puente de Curtidores, cerca de los Corralillos, que será señalizada mediante un poste informativo.
Una intervención por fases para garantizar el servicio
La primera fase, que se desarrollará entre el 15 y el 28 de julio, consistirá en revisar y adaptar una de las líneas de ascensores. El objetivo es que, una vez se inicie la reforma completa de la otra línea a partir de septiembre, pueda mantenerse operativo al menos uno de los elevadores.
La segunda fase, prevista de septiembre a diciembre, incluirá la sustitución completa de los elementos mecánicos de uno de los aparatos. Esta actuación responde al desgaste significativo detectado, que ha derivado en frecuentes averías. Los trabajos contemplan la instalación de nuevas guías, ruedas, poleas, motor y demás componentes, todos ellos diseñados específicamente para este tipo de ascensor inclinado. Una avería grave en el eje reveló el deterioro del motor, cuya pieza ha tenido que ser fabricada expresamente en Italia por la empresa constructora original.
240.000 euros de inversión y previsión de una tercera fase
El presupuesto destinado a estas dos primeras fases asciende a 240.000 euros. Desde el área de Conservación Urbana del Ayuntamiento se apunta que, en función del resultado de estas actuaciones, se valorará una posible tercera fase para la reforma integral de la segunda línea de ascensores en ejercicios presupuestarios futuros.
Cada ascensor puede transportar hasta 1.500 kilos, con capacidad para entre 15 y 20 personas y un máximo de 2 bicicletas por trayecto. Esta infraestructura, financiada en su día con fondos europeos del Plan Urbano, forma parte esencial de la red de movilidad peatonal de la ciudad, salvando un desnivel de casi 30 metros entre la Rochapea y el Casco Antiguo.
