El Consejo General de Enfermería (CGE) ha lanzado una contundente advertencia sobre los riesgos asociados a la última moda viral en redes sociales: las denominadas «dietas de las princesas Disney», un desafío que circula principalmente por TikTok y que propone perder más de 10 kilos en solo 15 días imitando los hábitos alimenticios supuestamente asociados a personajes como Blancanieves, Bella o Pocahontas. La práctica, lejos de ser inocente o divertida, implica pautas alimenticias extremas, carentes de base científica y peligrosas para la salud física y emocional, especialmente entre adolescentes.
Días de manzanas, té o comida cruda: el disfraz inocente del culto a la delgadez
El reto consiste en seguir durante 15 días una dieta basada en lo que “comería” una princesa Disney: ingerir solo manzanas rojas en el “día de Blancanieves”, limitarse a té en el de “Bella” o consumir únicamente alimentos crudos en el de “Pocahontas”. Bajo una apariencia lúdica, el contenido normaliza restricciones calóricas severas, que en muchos casos oscilan entre las 300 y 600 kcal diarias, muy por debajo de las 2.050 kcal recomendadas para adolescentes.
“La salud no es un juego. Esta ni es una dieta, ni es mágica, ni es inocente. Es un plan restrictivo, sin base científica, que pone en grave riesgo la salud física, emocional y social de quienes lo siguen”, advierte Héctor Nafría, divulgador científico de la Unidad de Cultura Científica del CGE.
Desinformación disfrazada de entretenimiento
La viralidad de estas prácticas se apoya en la estructura emocional y nostálgica de los personajes Disney y se amplifica por el algoritmo de plataformas como TikTok, que prioriza los contenidos más populares, incluso cuando promueven conductas alimentarias de riesgo. Además, se utilizan hashtags cifrados para eludir la moderación y mantener comunidades activas afines a los trastornos de conducta alimentaria (pro-TCA).
“La adolescencia, por su propia vulnerabilidad psicológica, es el blanco perfecto para este tipo de retos. El deseo de encajar, la presión estética y la romantización de la delgadez extrema se combinan con un entorno digital poco regulado, generando una tormenta perfecta”, alerta Carmen Martín Salinas, presidenta de la Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética (AdENyD).
Consecuencias físicas, cognitivas y emocionales
A corto plazo, los efectos pueden incluir trastornos metabólicos, alteraciones cardiocirculatorias o digestivas, debilidad capilar o intolerancia al frío. Pero el daño puede ser más profundo: “Existe un alto riesgo de derivar en anorexia, bulimia, alteraciones hormonales, deterioro neurológico o incluso depresión”, explica Martín Salinas.
El papel clave de las enfermeras: educar, prevenir y proteger
Frente a esta realidad, las enfermeras desempeñan un papel esencial desde la educación para la salud, la prevención de trastornos alimentarios y la lucha contra la desinformación. Desde el CGE insisten en que un plan de adelgazamiento debe estar siempre supervisado por profesionales y adaptado a cada persona, garantizando el aporte mínimo de 1.200 kcal al día, sin exclusión de alimentos esenciales.
“Tenemos la responsabilidad de alertar, educar y acompañar. Como enfermeras, debemos combatir estos bulos con evidencia científica y herramientas útiles para evitar que las nuevas generaciones se dejen llevar por modas peligrosas”, subraya Florentino Pérez Raya, presidente del CGE. “Nuestro objetivo es acercarnos a la sociedad y ofrecer información útil a adolescentes y familias para lograr un desarrollo saludable”.
La advertencia es clara: la salud no debe estar a merced de las tendencias virales, y la evidencia científica debe prevalecer frente a cualquier moda que ponga en peligro el bienestar de los más jóvenes.