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Transformar una vivienda antigua en un espacio funcional requiere planificación integral

La renovación completa de una vivienda antigua es un proceso que permite actualizar tanto la funcionalidad como el diseño del inmueble.

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Muchas de estas propiedades presentan distribuciones obsoletas, instalaciones deterioradas y materiales que ya no cumplen con los estándares actuales de confort, eficiencia energética y seguridad. Una reforma completa bien planteada puede convertir una casa envejecida en un hogar moderno, adaptado a las necesidades actuales y preparado para los próximos años.

El interés por realizar reformas integrales en Álava ha crecido en los últimos años, especialmente en zonas con patrimonio arquitectónico antiguo o viviendas construidas hace más de cuatro décadas. Estas intervenciones buscan mejorar no solo la estética del espacio, sino también la calidad de vida de sus ocupantes, mediante una redistribución más eficiente de los ambientes, la actualización de las instalaciones y la incorporación de soluciones constructivas modernas.

El primer paso en este tipo de proyectos es realizar una evaluación técnica del estado general del inmueble. Se debe revisar la estructura, los muros de carga, las instalaciones de agua y electricidad, y la ventilación, entre otros factores. A partir de este análisis, se determina el alcance de la remodelación y las posibles limitaciones del edificio. Este diagnóstico inicial resulta clave para tomar decisiones acertadas durante la planificación.

Una de las prioridades habituales en la modernización de viviendas antiguas es la reorganización del espacio interior. Muchas construcciones previas a los años 80 cuentan con divisiones pequeñas, pasillos innecesarios o habitaciones sin luz natural. El objetivo de un cambio completo es optimizar cada metro cuadrado, favoreciendo la conexión entre áreas comunes como cocina, comedor y salón, e incorporando soluciones de almacenamiento que permitan mayor orden y funcionalidad.

Otro punto clave es la actualización de las instalaciones eléctricas y sanitarias. En la mayoría de las viviendas antiguas, estos sistemas no están preparados para soportar el uso actual de electrodomésticos o tecnologías. Sustituir cableado, cañerías y cuadros eléctricos no solo mejora la seguridad del hogar, sino que también permite implementar sistemas de eficiencia energética como iluminación LED, domótica o climatización controlada.

El aislamiento térmico y acústico también debe tenerse en cuenta. Sustituir ventanas por modelos con doble acristalamiento, aislar techos, paredes y suelos, y renovar la carpintería exterior contribuyen al confort del hogar y al ahorro energético. Estas acciones son especialmente importantes en zonas con inviernos fríos o veranos intensos.

El diseño interior es otro aspecto relevante. Si bien el objetivo principal es la funcionalidad, el resultado final debe reflejar las preferencias estéticas de quienes habitarán la vivienda. Para lograrlo, muchos proyectos combinan materiales contemporáneos con elementos originales del inmueble, como suelos hidráulicos, vigas de madera o muros de piedra, siempre que estén en buen estado y puedan integrarse sin comprometer la estructura.

El proceso de reforma integral requiere la coordinación de múltiples gremios: albañilería, fontanería, electricidad, carpintería, pintura y climatización. Por ello, resulta recomendable contratar una empresa que ofrezca un servicio completo, desde el diseño hasta la ejecución, con supervisión técnica incluida. En este contexto, en Construcciones Prada, indican: “Esto garantiza que el proyecto se realice dentro de los plazos establecidos, con calidad en los acabados y cumplimiento de las normativas vigentes”.

También es fundamental gestionar los permisos municipales correspondientes. En muchos casos, este tipo de obras necesita licencias específicas y debe respetar ciertas restricciones urbanísticas, especialmente si el inmueble está ubicado en zonas protegidas. Cumplir con la normativa evita sanciones y facilita el desarrollo normal del proyecto.

Modernizar una vivienda antigua es una inversión que no sólo revaloriza el inmueble, sino que mejora notablemente el bienestar diario. Con planificación, asesoramiento profesional y ejecución cuidadosa, es posible transformar por completo el espacio, adaptándolo a las necesidades actuales y extendiendo su vida útil durante muchos años.

 

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