El titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona, en funciones de guardia, ha condenado a un joven argelino, de unos 20 años, por un delito de receptación (acción de recibir, adquirir u ocultar bienes que provienen de un delito, con conocimiento de que fueron obtenidos ilícitamente) cometidos durante estos Sanfermines.
Según ha explicado el TSJN, la condena es de 4 meses de prisión, cuya ejecución se ha suspendido, y al encausado se le ha impuesto la pena accesoria de prohibición de acceso y permanencia en la ciudad de Pamplona durante 8 meses. El acusado, interceptado por agentes de la Policía Nacional gracias a la unidad canina, en la estación de autobuses con varios teléfonos de alta gama —ninguno con su tarjeta SIM y algunos aún sin identificar—, reconoció haber recibido y ocultado los dispositivos “con el ánimo de obtener un beneficio patrimonial ilícito”, sabiendo que procedían de delitos cometidos en la ciudad durante las fiestas.
El juez, tras la conformidad de las partes, dictó sentencia en el acto y fue tajante en su fallo: “Debo condenar y condeno [...] a la pena de 4 meses de prisión, con pena accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena. Así mismo, y de conformidad con lo dispuesto en el art. 57.1 del Código Penal, impone al encausado la pena accesoria de prohibición de acceso y permanencia en la ciudad de Pamplona durante 8 meses.”
La ejecución de la pena de prisión ha sido suspendida, condicionada a que el condenado no vuelva a delinquir en los próximos dos años. La sentencia es firme, ya que ninguna de las partes ha manifestado su intención de recurrirla.
El caso pone de relieve la rápida actuación judicial en delitos asociados a las aglomeraciones festivas y la firmeza en la protección del patrimonio de los ciudadanos durante San Fermín.
