El grupo municipal de Unión del Pueblo Navarro (UPN) ha arremetido este viernes contra el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, por mantener su intención de trasladar las esculturas del Paseo Sarasate al parque de la Taconera. Los regionalistas consideran que la decisión “carece de rigor” y supone un “desprecio a la normativa urbanística”, ya que el procedimiento se encuentra recurrido en los tribunales y, además, requiere la modificación previa del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI) del Casco Antiguo.
El Ayuntamiento anunció recientemente la adjudicación de las obras de traslado, con un presupuesto de 155.577,84 euros, así como la redacción de una modificación del Plan Municipal con el objetivo de que las esculturas conserven en su nueva ubicación el mismo nivel de protección patrimonial. Para UPN, esta medida pone de manifiesto la contradicción del propio equipo de gobierno: “Reconocen que necesitan cambiar el plan porque, de lo contrario, perderían la demanda que hemos interpuesto contra una actuación que es ilegal”.
Los foralistas sostienen que Asiron debería optar por alguna de las dos alternativas “más razonables”: esperar a la resolución judicial pendiente o tramitar primero la modificación del PEPRI, cumpliendo con los requisitos urbanísticos. “El actual plan impide expresamente que las esculturas puedan trasladarse a otra ubicación”, han recordado.
UPN ha denunciado además lo que califica de “oscurantismo” del alcalde en este asunto. Según aseguran, el grupo municipal no ha tenido acceso al expediente completo ni a los informes solicitados al departamento de Príncipe de Viana, y tampoco ha recibido respuesta a los correos remitidos al área responsable. “Se nos está negando la información necesaria para ejercer nuestra labor de oposición con el único fin de tapar una actuación chapucera e ilegal”, han censurado.
En este sentido, los regionalistas alertan de que el procedimiento supone un riesgo de malgastar recursos públicos en una iniciativa que podría ser declarada ilegal por los tribunales. “Es una muestra más de cómo Asiron antepone su sectarismo ideológico a los intereses generales y a la normativa urbanística de Pamplona. Actúa como si la ciudad fuera su cortijo”, han concluido, reclamando la paralización inmediata del traslado hasta que exista una resolución judicial o se haya modificado de manera formal el PEPRI.