La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona (MCP) ha puesto el foco en la vida nocturna del Parque Fluvial. Con la ayuda de trampas de luz ultravioleta, dos biólogos de la consultora ambiental BHS, Roberto Simal y Ángel Herrero, están estudiando cómo influye el uso público de este espacio natural en la diversidad y abundancia de mariposas y polillas nocturnas.
El trabajo de campo, que se extiende a lo largo de cuatro estaciones —primavera, verano y otoño, con el invierno descartado por inactividad de los adultos—, se centra en diferentes puntos del parque según su nivel de uso y la presencia de luz artificial. Además, se incluyen áreas de control fuera del parque para garantizar la validez de los resultados.
Las trampas de luz, activadas al atardecer y recogidas al amanecer, atraen a los lepidópteros con un foco UV. Allí, los insectos descansan en cavidades creadas con cartones de huevos hasta que son identificados, fotografiados y liberados. Tres campañas ya se han realizado, la última este mes de septiembre, y la cuarta se completará en 2026.
Aunque el estudio aún no ha concluido, las primeras observaciones han revelado la abundancia de la mariposa del boj (Cydalima perspectalis), una especie invasora originaria de Asia que amenaza a los bojes europeos por la voracidad de sus orugas. Aun así, los investigadores no pierden la esperanza de encontrar ejemplares de la mariposa isabelina (Graellsia isabellae), joya de los bosques ibéricos y en el límite de su distribución en el norte del parque.
El análisis de mariposas y polillas se enmarca en un proyecto global sobre la biodiversidad del Parque Fluvial, que también estudia murciélagos, aves y mamíferos para detectar diferencias en su comportamiento según la intensidad del uso público. El presupuesto total asciende a 67.177 euros, financiados con fondos europeos NextGenerationEU y gestionados por el Gobierno de Navarra dentro del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino Comarca Pamplona Rural.
De este modo, el Parque Fluvial se convierte no solo en un espacio de ocio para la ciudadanía, sino también en un laboratorio vivo donde se mide el pulso de la biodiversidad y su relación con la actividad humana.