Pamplona ha dado un paso decisivo en su apuesta por un urbanismo más humano y sostenible. La avenida de Pío XII, uno de los ejes principales de la ciudad, se ha transformado en un corredor verde que prioriza al peatón, la bicicleta y el transporte público, relegando el protagonismo que durante décadas tuvo el coche.
El nuevo diseño, bautizado como calle viva, suma 2.500 metros cuadrados de zonas verdes, 2,5 kilómetros de carril bici renovado y pasos peatonales mejorados para favorecer la caminabilidad. Además, se han reducido carriles de circulación y estrechado la calzada con el objetivo de calmar el tráfico y convertir la avenida en un espacio de encuentro ciudadano.
La transformación se ha ejecutado en dos fases: la primera, en 2018, con una inversión cercana a los dos millones de euros; y la segunda, desarrollada entre octubre de 2024 y julio de 2025, con un presupuesto superior a 2,4 millones, de los que 450.000 fueron financiados por el Gobierno de Navarra. En total, 4,3 millones de euros para reconvertir una vía concebida en los años 70 como corredor de paso en un espacio amable y resiliente ante los retos climáticos.
El alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, junto al concejal delegado de Ciudad Habitable y Sostenible, Borja Izagirre, y miembros de la Corporación municipal, recorrieron este jueves la avenida para conocer de primera mano los cambios. La responsable de Movilidad, Alexia Canto, destacó que la actuación se enmarca en el proyecto Marca Pamplona, que busca proyectar una ciudad plural, contemporánea y comprometida con la Agenda 2030.
La intervención ha supuesto la plantación de 24 nuevos árboles, más de 3.600 arbustos y casi 3.500 plantas vivaces, además de la creación de jardines de lluvia y la sustitución de superficies pavimentadas por espacios ajardinados. Se han ampliado los carriles bici bidireccionales, reordenado accesos a aparcamientos, mejorado pasos ciclistas y renovado tanto el asfaltado como la señalización de la calzada.
Con la finalización del corredor de Pío XII, Pamplona no solo gana un pulmón verde y un espacio de convivencia, sino también un modelo de referencia para futuras transformaciones urbanísticas en clave sostenible.