Presentación Estudio "Navarra.Jóvenes y derechos digitales" de la Fundación Hermes

En la presentación han intervenido Beatriz Escriña, subdirectora general de Fundación Hermes, Luisa Alli, directora general, e Ignacio Urquizu, de Metroscopia

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Cómo evitar pérdidas y desperdicios en el transporte y reducir la huella ambiental

Cada año, millones de toneladas de productos se pierden o deterioran durante su transporte debido a una protección inadecuada. Golpes, humedad, movimientos...

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Cada año, millones de toneladas de productos se pierden o deterioran durante su transporte debido a una protección inadecuada. Golpes, humedad, movimientos bruscos, caídas o temperaturas extremas provocan daños que no solo generan pérdidas económicas, sino también un grave impacto ambiental. 

Una mercancía dañada no termina su ciclo: debe ser devuelta, reparada o desechada, generando nuevas emisiones por transporte adicional, consumo de energía y residuos de embalaje. Esta es la cara oculta de la logística, una que pocas veces se ve, pero que multiplica la huella de carbono de cada envío. 

Evitar esos daños significa evitar viajes de retorno, reprocesos y desechos. De ahí la importancia de diseñar un transporte sostenible desde el principio: no solo con vehículos eficientes o rutas optimizadas, sino con protección inteligente de la carga. 

Empresas especializadas como J2 Servid trabajan precisamente en ese punto invisible, pero decisivo: la prevención del daño, es decir, el inicio real de la sostenibilidad logística.

Del lineal a la logística inversa: el ciclo de vida extendido (y fallido) de una mercancía dañada

La llamada economía circular busca mantener los productos y materiales en uso durante el mayor tiempo posible. Sin embargo, cuando una mercancía llega rota, su ciclo se interrumpe de forma abrupta. 

Una botella de vidrio que se rompe en tránsito, una caja de productos electrónicos dañada o un palet que se vuelca no solo representan un coste económico: son un fallo sistémico que obliga a rehacer todo el proceso de transporte y producción. 

Cada devolución implica duplicar emisiones de CO₂, aumentar el uso de embalajes y generar residuos que difícilmente pueden reciclarse en las mismas condiciones. 

El resultado es una logística inversa forzada, que en lugar de ser una vía de recuperación planificada, se convierte en un flujo de desperdicios.

Una protección adecuada —ya sea frente a la humedad, los cambios térmicos o los impactos, golpes y caídas— es esencial para mantener el ciclo circular intacto. Los productos como los desecantes, los aislantes isotérmicos o los sistemas de trincaje no solo protegen la carga: protegen el propósito circular del producto, garantizando que llegue a destino en condiciones óptimas para su uso o venta.

Innovación en la sujeción para una logística de cero daños

Durante décadas, la sujeción de carga se basó en métodos tradicionales: film estirable, madera o refuerzos improvisados. Pero la logística moderna exige soluciones técnicas más seguras, sostenibles y eficientes. 

Los sistemas actuales, como los separadores de cartón tipo Niupack o los sistemas de trincaje certificados, permiten fijar la carga sin recurrir a materiales pesados ni contaminantes. 

Estos desarrollos de ingeniería ligera —a menudo fabricados con cartón reciclado o materiales ecológicos o reutilizables— representan un cambio de paradigma: menos peso, menos desperdicio y más protección.

La innovación no se centra ya en reaccionar al daño, sino en prevenirlo por diseño. La sostenibilidad, en este contexto, empieza antes del transporte: en la elección de los sistemas de fijación, absorción y amortiguación adecuados.

Bolsas hinchables como escudo definitivo contra el movimiento y el impacto

Entre las soluciones más efectivas para evitar desplazamientos y choques durante el transporte destacan las bolsas hinchables para contenedores

Fabricadas con materiales como papel kraft o rafia de polipropileno, y con una estructura interior de polietileno que retiene el aire, estas bolsas —también llamadas dunnage bags o airbags logísticos— se colocan en los huecos entre palets o entre la mercancía y las paredes del contenedor. 

Al inflarse, estabilizan la carga y evitan los movimientos laterales o longitudinales, reduciendo drásticamente el riesgo de vuelcos, colisiones o roturas. Su instalación es rápida, segura y económica, y su resistencia puede alcanzar hasta 40 toneladas de presión, adaptándose a todo tipo de transporte: marítimo, terrestre o ferroviario. 

Además, su composición reciclable y su bajo peso las convierten en una alternativa sostenible a los sistemas de trincaje tradicionales, contribuyendo al objetivo de “cero daños” y a la reducción global de la huella logística. 

En muchos casos, estas soluciones reemplazan materiales desechables como la madera, el poliespán o el plástico rígido, alineándose con las políticas de descarbonización y economía circular.

Triple impacto positivo: reducción de huella, ahorro de costes y reputación corporativa

Invertir en protección de mercancías no solo evita pérdidas: reduce el impacto ambiental, optimiza los costes y mejora la percepción de la marca. 

Una cadena de suministro eficiente no es solo la que entrega rápido, sino la que entrega bien, sin desperdicios ni reprocesos. 

Huella ambiental: cada daño evitado implica menos emisiones, menos transporte adicional y menos residuos. 

Costes: la reducción de devoluciones, reclamaciones y tiempos de espera se traduce en una logística más rentable. 

Reputación: las empresas que cuidan la integridad de sus productos y adoptan soluciones sostenibles refuerzan su compromiso con el cliente y con el planeta.

El uso de materiales reciclables, como el cartón de estructura honeycomb de los sistemas Niupack, o de soluciones reutilizables como las bolsas hinchables, integra sostenibilidad y eficiencia en cada etapa del transporte.  

La verdadera innovación logística hoy ya no está solo en moverse más rápido, sino en no tener que repetir el viaje.

Convirtiendo la pérdida en ganancia: estrategias logísticas para una cadena de suministro verdaderamente circular

El futuro de la logística pasa por la prevención inteligente del desperdicio. Proteger correctamente una mercancía no es un gasto adicional, sino una inversión que se amortiza en cada trayecto. 

Adoptar sistemas de fijación seguros, barreras contra la humedad y aislantes térmicos ecológicos es una forma concreta de reducir la huella ambiental y avanzar hacia una cadena de suministro verdaderamente circular. 

Cada daño evitado se acaba sumando con el tiempo a cada tonelada menos de CO₂, clientes más satisfecho y un paso más hacia una industria del transporte comprometida con el planeta. La sostenibilidad ya no se mide solo en emisiones, sino en eficiencia integral: cómo cuidamos lo que transportamos y cómo evitamos que se pierda antes de llegar a su destino.

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