El sistema de cotización por ingresos reales de los trabajadores autónomos continúa avanzando hacia su plena implantación. Tras tres años de adaptación progresiva, el año 2026 marcará el inicio de la tercera fase del régimen transitorio iniciado en 2023, con la previsión de que el Gobierno apruebe una nueva escala de tramos y bases de cotización ajustadas a los rendimientos netos anuales. Este cambio supone un paso decisivo hacia la consolidación de un modelo que busca vincular de forma directa lo que los autónomos pagan a la Seguridad Social con los ingresos que realmente obtienen, eliminando las antiguas bases provisionales que permitían cotizar por debajo o por encima de los ingresos reales.
Hasta 2025, el sistema se ha basado en un esquema transitorio que combina una tabla general y una tabla reducida de bases de cotización, fijadas anualmente por la Ley de Presupuestos Generales del Estado. Dichas tablas dividen los rendimientos netos mensuales en tramos a los que se asignan bases mínimas y máximas. Cada trabajador por cuenta propia puede elegir su base dentro del tramo correspondiente, en función de la previsión de ingresos del año. Además, la norma permite modificar la base hasta seis veces al año, una flexibilidad que pretende facilitar los ajustes a la evolución real de la actividad económica.
A partir de enero de 2026, el sistema se consolidará con la aprobación del nuevo calendario de aplicación previsto en el Real Decreto-ley 13/2022 y la Ley General de la Seguridad Social. Este calendario establecerá la implantación definitiva de los tramos y bases durante un periodo máximo de seis años, de modo que el modelo quede plenamente operativo antes del 1 de enero de 2032. En este nuevo marco, la cotización se determinará exclusivamente por los rendimientos netos declarados ante la Agencia Tributaria, que comunicará dicha información a la Tesorería General de la Seguridad Social para realizar las regularizaciones correspondientes.
La regularización de la cotización seguirá realizándose al año siguiente, una vez contrastados los ingresos. Si el autónomo ha cotizado por una base inferior a la que le correspondía, deberá abonar la diferencia; en cambio, si su base ha sido superior, la Tesorería devolverá el exceso pagado. Este procedimiento, que hasta ahora tenía carácter transitorio, pasará a ser estructural y automático dentro del sistema definitivo.
Otro de los aspectos destacados para 2026 es la revisión de las deducciones fiscales y gastos de difícil justificación. El Ministerio de Hacienda estudia aumentar el porcentaje deducible del 7 % al 10 %, con el objetivo de compensar parcialmente el incremento de cuotas previsto en algunos tramos. A la vez, se reforzará el control digital sobre las facturas y los libros de ingresos y gastos, en coordinación con el sistema VERI*FACTU, que será obligatorio para todas las operaciones económicas a partir de julio de 2025.
Por tanto, el nuevo año exigirá una mayor precisión en la gestión y comunicación de datos económicos. Los autónomos deberán declarar los rendimientos netos previstos en el momento del alta en el RETA y mantener actualizada esa información cada vez que se produzca una variación significativa en sus ingresos, con un plazo máximo de dos meses para notificar cualquier cambio. Esta obligación, junto con la nueva escala de tramos, busca un modelo de cotización más justo, pero también implica mayor complejidad administrativa y necesidad de asesoramiento especializado.
En este contexto, contar con una asesoría laboral en Barcelona con experiencia en materia fiscal y laboral se vuelve esencial para evitar errores en la elección de la base de cotización o en la aplicación de bonificaciones. Desde asesoría Barcelona Català Reinón se recomienda a todos los profesionales por cuenta propia realizar una revisión detallada de sus rendimientos antes de finalizar el ejercicio 2025, anticipando así los posibles ajustes que entrarán en vigor el 1 de enero de 2026.
El equipo de Català Reinón Asesoría Laboral, con más de tres décadas de trayectoria, destaca que la clave no está solo en cumplir la normativa, sino en aprovechar las oportunidades que ofrece el nuevo sistema. Con una planificación adecuada, los autónomos pueden optimizar sus cotizaciones, mejorar su protección social y evitar sanciones o recargos derivados de una gestión incorrecta. La asesoría personalizada, combinada con herramientas de control digital, permite anticiparse a los cambios y mantener la estabilidad económica del negocio en un entorno normativo cada vez más exigente.
En definitiva, 2026 será un año decisivo para los autónomos. La implantación del sistema por ingresos reales supone el fin de una era basada en la elección libre de bases y el inicio de un modelo mucho más transparente y ajustado a la realidad económica. Adaptarse a tiempo será crucial para mantener la competitividad y garantizar la sostenibilidad de cada proyecto profesional. Con el acompañamiento adecuado, este cambio puede convertirse en una oportunidad para reforzar la planificación y consolidar la seguridad jurídica de quienes trabajan por cuenta propia en España.