Presentación Estudio "Navarra.Jóvenes y derechos digitales" de la Fundación Hermes

En la presentación han intervenido Beatriz Escriña, subdirectora general de Fundación Hermes, Luisa Alli, directora general, e Ignacio Urquizu, de Metroscopia

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Pamplona conoce a los Reyes de Occidente, Alejandro y Elena, nuevos gigantes de la Catedral

Los gigantes Alejandro y Elena representan a los reyes de Occidente, una pareja de las seis figuras que, según documentación de comienzos del siglo XVII

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  • Es la primera pareja de la serie original, dentro del proyecto “Expedición 4.0 al Medievo”, financiado con fondos europeos Next Generation

El atrio de la Catedral de Pamplona se llenó esta tarde de cientos de personas que disfrutaron de un rato de historia, arte y emoción con la presentación oficial de los nuevos gigantes catedralicios, una pareja bautizada como Alejandro y Elena, según confirmó su autor, el artista pamplonés Jorge Urdánoz Apezteguía. El acto, impulsado por la Fundación Occidens, reunió a decenas de personas que, pese a la lluvia ligera, no quisieron perderse este reencuentro con una parte esencial del patrimonio festivo y simbólico de la ciudad.

Presidieron el evento el presidente de la Fundación Occidens, Carlos Ayerra Sola, la delegada del Gobierno en Navarra, Alicia Echeverría, y el arzobispo de Pamplona y Tudela, monseñor Florencio Roselló, quien bendijo las figuras antes de su primer baile público. La ceremonia se desarrolló con solemnidad y emoción, acompañada por las notas del ensemble de chirimías Miguel de Arrózpide, que interpretó piezas renacentistas adaptadas por Javier Martos. Los gigantes bailaron dos danzas creadas por Marco Bendoni, coreógrafo de Armonía Danza, inspiradas en tratados coreográficos del siglo XVI.

El momento más comentado de la tarde llegó con un pequeño susto: una mujer sufrió una indisposición, y fue atendida de inmediato por la presidenta de UPN, Cristina Ibarrola, médico de profesión, que se encontraba entre el público. Una ambulancia la trasladó para observación, aunque finalmente todo quedó en un susto.

Una recuperación histórica

Los gigantes Alejandro y Elena representan a los reyes de Occidente, una pareja de las seis figuras que, según documentación de comienzos del siglo XVII, formaban parte de las procesiones y celebraciones de la Catedral de Pamplona. Aquellas figuras, que encarnaban monarcas occidentales, turcos y moros, desaparecieron con el tiempo. Con esta iniciativa, la Fundación Occidens ha recuperado la primera pareja de la serie original, dentro del proyecto “Expedición 4.0 al Medievo”, financiado con fondos europeos Next Generation y con la participación de varias diócesis españolas.

El autor, Jorge Urdánoz, explicó que el proceso creativo ha durado más de trece años y que su trabajo se basó en un exhaustivo estudio histórico-artístico. Inspirado en las fuentes renacentistas y en los gigantes que Tadeo Amorena realizó en 1860 para el Ayuntamiento de Pamplona, Urdánoz ha concebido figuras alegóricas, no asociadas a reinos concretos, sino representativas de los valores culturales y espirituales de la Europa del siglo XVI: la herencia grecorromana, la cristiandad y la diversidad de los pueblos occidentales.

Diseño, simbolismo y tecnología

Las figuras, de tamaño similar a los actuales gigantes municipales, presentan una estética renacentista cuidada al detalle. Los cuerpos, brazos, cabezas y corazas fueron modelados digitalmente en 3D a partir de estudios antropológicos y artísticos, y después esculpidos mediante fresado de polietileno expandido y modelado en arcilla. El proceso de acabado, policromía y ensamblaje corrió a cargo de Aitor Calleja y Mikel Eraso, expertos en gigantes y artes plásticas.

El peinado de la reina Elena se inspira en el de las damas del cenotafio de Felipe II de El Escorial, mientras que los ojos, impresos en 3D y pintados a mano, reproducen con realismo la anatomía humana, dotando a las figuras de una sorprendente expresividad.

Las joyas, coronas y complementos también han sido diseñados digitalmente por Urdánoz. La corona del rey Alejandro se inspira en la de Cristian IV de Dinamarca, pero incorpora motivos tallados de la sillería renacentista de la Catedral. La diadema de la reina Elena recrea un pequeño retablo con figuras femeninas que representan las virtudes cardinales y teologales, además de la retórica, la filosofía y las artes liberales, símbolo del ideal humanista.

Los elementos metálicos fueron impresos con materiales reciclados por la empresa navarra Wehl Green, y posteriormente bañados en latón y decorados con más de 1.600 abalorios y perlas. Las vestimentas, confeccionadas por Marta Arrastia, siguen los patrones de la sastrería renacentista recogidos en el Tratado de geometría y traza de Francisco de la Rocha (1618), con tejidos y galones adquiridos en comercios locales como Petatxo, Tejidos Rodrigo, Mercería BeatrizHirobe, en un guiño al comercio de cercanía.

Alegorías del poder y la virtud

El simbolismo impregna cada detalle de las figuras. En la coraza del rey destacan los Doce trabajos de Hércules, emblema de la fortaleza y virtud moral del gobernante, mientras que su cetro está coronado por figuras de Salomón, Alejandro Magno, Constantino y Carlomagno, símbolos de sabiduría, poder y cristiandad. La reina porta una cruz pectoral con la imagen de Santa María la Real, titular de la Catedral, y varios escudos alusivos al cabildo y la sede episcopal.

Entre los pequeños guiños personales, Urdánoz incluyó unas manzanas en los pendientes de la reina, homenaje al fallecido Jesús Pomares, impulsor original del proyecto y expresidente de la Asociación de Amigos de la Catedral. Además, en el cetro del rey figura una inscripción en latín con la firma del autor y el escudo del actual arzobispo, Florencio Roselló, como testimonio del contexto histórico en que fueron creadas.

Permanencia y legado

Tras la presentación, los gigantes quedaron expuestos brevemente ante la puerta principal del templo para que el público pudiera admirarlos de cerca. A partir del lunes, podrán contemplarse de manera permanente en el Museo de la Catedral de Pamplona, integrados en el recorrido expositivo.

Con Alejandro y Elena, Pamplona recupera una tradición perdida durante siglos, reinterpretada con la tecnología y el arte del siglo XXI. Dos gigantes que, más allá de su imponente presencia, rinden homenaje a la historia viva de la Catedral y a la creatividad contemporánea de los artistas navarros.

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