El Ecce Homo de Caravaggio vuelve a lucir en el Museo Nacional del Prado. Tras su participación en la muestra Capodimonte Doppio Caravaggio, clausurada recientemente en el Museo di Capodimonte de Nápoles, la pintura —considerada uno de los mayores descubrimientos del arte barroco en las últimas décadas— se incorpora de nuevo a la colección permanente del Prado, donde podrá contemplarse hasta abril de 2027.
La cesión, posible gracias a la generosidad de su propietario, permite que esta obra maestra atribuida de forma unánime al pintor italiano tras exhaustivos estudios técnicos y documentales, se integre en el recorrido principal del museo. Su ubicación, en la sala 7 del edificio Villanueva, comparte eje visual con David vencedor de Goliat, expuesta en la sala 7A, lo que ofrece una oportunidad única para observar la evolución estilística de Caravaggio en apenas una década.
La confrontación entre ambas piezas revela la transición del artista desde los postulados más clásicos hacia un lenguaje cada vez más expresivo y dramático, marcado por el dominio de la luz, el realismo extremo y la intensidad emocional que caracterizan su madurez artística.
El regreso del Ecce Homo al Prado supone no solo la recuperación de una pintura de enorme relevancia histórica, sino también un hito para el público y los especialistas, que podrán disfrutar de una de las escasas obras conservadas del maestro italiano en el contexto de la colección permanente del museo.
El cuadro, redescubierto en 2021 y atribuido poco después a Michelangelo Merisi da Caravaggio, ha sido calificado por los expertos como «el Caravaggio perdido», y su presencia en el Prado consolida a la pinacoteca madrileña como un referente mundial en el estudio y la divulgación del genio lombardo.


