La defensa de Santos Cerdán ha presentado un exhaustivo informe pericial que cuestiona con detalle la autenticidad de las grabaciones intervenidas a Koldo García y reproducidas en el sumario. Este documento desmiente la conclusión previa de la Guardia Civil, que mediante su informe oficial declaraba como auténticas las grabaciones y descartaba manipulaciones. Los peritos designados por la defensa denuncian que los análisis originales presentaron limitaciones técnicas importantes y no valoraron adecuadamente las irregularidades detectadas.
El nuevo informe, elaborado por expertos con amplia experiencia en informática forense y criminalística digital, lleva a cabo un análisis técnico profundo de los archivos de audio, detectando numerosas incoherencias. Entre ellas, destacan diferencias relevantes en parámetros técnicos como la frecuencia de muestreo y la tasa de bits en audios supuestamente recogidos con el mismo dispositivo y aplicación. Estas divergencias implican que no pudieron ser generadas de manera homogénea y directa, lo que sugiere manipulaciones posteriores o fuentes variadas.
Por otro lado, un dato particularmente revelador es la coincidencia masiva de fechas de modificación de múltiples archivos, que indica que estos fueron exportados o gestionados en lote en un mismo evento, algo incompatible con un ciclo de vida digital nativo y original de cada grabación. Además, se identificaron rastros concurrentes de versiones distintas del sistema operativo iOS en los mismos archivos, algunas de ellas cronológicamente imposibles para las fechas de grabación indicadas. Estas evidencias demuestran que los audios fueron procesados, reconstruidos o manipulados en momentos posteriores a las fechas señaladas.
El informe critica también la falta de análisis exhaustivo del flujo AAC, elemento técnico clave para detectar ediciones o modificaciones. La ausencia de dicho examen hace que los informes de la Guardia Civil carezcan de capacidad para descartar intervenciones técnicas en los archivos. Asimismo, la defensa destaca la inexistencia de valores HASH originales y registros completos que permitan verificar la integridad, autenticidad, y trazabilidad digital de las grabaciones desde su incautación, lo que rompe con la cadena de custodia lógica fundamental en pruebas digitales.
Entre las hipótesis alternativas que plantea el informe están escenarios como la posibilidad de que los audios hayan sido captados remotamente mediante software espía avanzado (spyware tipo Pegasus), o que hayan sido incorporados a los dispositivos a través de copias de seguridad, mensajes o transferencias desde otros dispositivos. La inexistencia de los volcados originales o logs impide confirmar o descartar estas hipótesis, lo que añade una importante sombra de duda sobre el origen real de los archivos.
Sobre la identificación de voces, el informe afirma que los métodos usados en la causa se basan en aproximaciones subjetivas sin aplicación de técnicas forenses acreditadas, careciendo de calidad de señal suficiente y pruebas biométricas que permitan un dictamen fiable. Los análisis realizados con tecnología avanzada no lograron establecer con base científica que las voces pertenecieran a un mismo interlocutor, por lo que la atribución de voces dada en la investigación policial no cumple con estándares internacionales de reproducibilidad y trazabilidad.
El documento pericial destaca además que algunos audios presentaron tratamientos acústicos específicos para mejorar su comprensión, lo que puede alterar parámetros clave para cualquier análisis técnico futuro. Sin embargo, no se documentó adecuadamente la cadena de custodia de estas versiones tratadas, lo que entorpece aún más su validez como prueba evaluable.
Finalmente, el informe subraya que sin acceso a la totalidad de la evidencia original—volcados primigenios, valores hash, registros de adquisición, bases de datos internas y logs de sistema—es absolutamente imposible garantizar la originalidad y no manipulación de las grabaciones. Esta falta de elementos técnicos clave limita su valor probatorio y plantea serias dudas sobre la integridad de la prueba presentada contra Santos Cerdán.
Este nuevo informe plantea un giro importante en la valoración de la prueba digital central del sumario, poniendo en entredicho la certeza con la que hasta ahora se habían considerado auténticas e intactas las grabaciones grabadas por Koldo García y utilizadas en el proceso judicial.
Los informes de la Guardia Civil apuntan a su autenticidad
Sin embargo, los informes periciales de la Guardia Civil sobre los audios relacionados con Santos Cerdán, elaborados por el Departamento de Ingeniería Digital del Servicio de Criminalística, concluyen en sentido contrario, que las grabaciones analizadas son auténticas y conservan su integridad. El estudio electrónico asegura que los archivos de audio fueron extraídos directamente de los dispositivos originales, principalmente teléfonos móviles y una grabadora digital, sin que se detectaran manipulaciones, cortes o ediciones fraudulentas. Las verificaciones con herramientas forenses, empleando algoritmos de hash y análisis detallados de metadatos, comprobaron la autenticidad y preservación de los datos.
Por su parte, el estudio acústico confirmó que las grabaciones no presentan indicios de alteraciones en su contenido sonoro. Se efectuó un análisis exhaustivo de metadatos, estructura, formato, análisis espectral y escucha crítica que verificaron la integridad y coherencia técnica de los archivos, destacando que la mayoría corresponden a grabaciones realizadas con la aplicación Voicememos en dispositivos Apple, con parámetros estándar de frecuencia y tasa de bits. Aunque un audio mostró algunas diferencias técnicas justificadas por el uso legítimo de opciones de la aplicación, no se hallaron evidencias que sugieran manipulación deliberada o alteración sustancial del contenido.
Ambos informes, coordinados y complementarios, apuntan a que las grabaciones mantienen su fiabilidad como evidencias digitales, respondiendo a los requerimientos judiciales de determinar la autenticidad y la ausencia de ediciones ilícitas en las pruebas aportadas, quedando a la autoridad judicial la valoración final sobre su admisibilidad en el proceso.

