La rápida intervención de un guardia civil destinado en el Puesto de Burguete evitó el pasado 19 de noviembre una tragedia en la localidad sevillana de Osuna, donde un hombre sufrió un atragantamiento severo mientras almorzaba en el Hostal Restaurante Río Blanco.
El agente, que se encontraba fuera de servicio y acompañado de su esposa —una cabo del Ejército del Aire y del Espacio destinada en la Base Aérea de Armilla (Granada), en la Escuela Militar de Helicópteros-Ala 78—, reaccionó de inmediato al percatarse de que un comensal, en una mesa cercana, se levantaba tambaleándose, llevándose las manos al pecho y mostrando claros signos de asfixia, con el rostro amoratado.
Ambos acudieron rápidamente a auxiliarle. Tras confirmar que se trataba de una obstrucción grave de la vía aérea, el guardia civil aplicó la maniobra de Heimlich, basada en compresiones abdominales firmes y continuadas para generar presión en el diafragma y expulsar el objeto que impedía la respiración. Mientras tanto, la cabo permaneció preparada para iniciar maniobras de RCP si la situación lo requería.
Tras varios intentos, el afectado logró expulsar el trozo de alimento que obstruía su tráquea y recuperó la respiración, evitando así un desenlace potencialmente fatal.
La familia del hombre ha expresado su profundo agradecimiento a la pareja por su intervención “decisiva y eficaz”. Un gesto que, una vez más, pone de relieve la preparación y el compromiso del personal de la Guardia Civil y de las Fuerzas Armadas, incluso cuando no se encuentran de servicio.
