En la víspera de Nochebuena, la plaza del Ayuntamiento de Pamplona/Iruña ha acogido este martes una concentración y un reparto de comida caliente para denunciar la grave situación de las personas que viven en la calle en la capital navarra. La iniciativa, impulsada por colectivos sociales, vecinales y organizaciones solidarias, buscó visibilizar una realidad que, según denunciaron, sigue siendo ignorada por las instituciones.
Los convocantes estiman que entre 150 y 200 personas se encuentran actualmente en situación de calle en Pamplona, muchas de ellas sin acceso regular a comida ni a un lugar donde refugiarse. Se trata mayoritariamente de personas jóvenes migrantes que desean trabajar, pero que se ven bloqueadas por la Ley de Extranjería, cuyos trámites pueden alargarse durante una media de cuatro años antes de permitir el acceso legal al empleo.
La acción ha estado respaldada por EL HADJI gune autogestionatua, PIM-MIG (Punto de Información para personas Migradas / Migratuendako Informazio Gunea), MATALAZ Kontrabotere espazioa, OXFAM Intermón, HERRI JANTOKIA Comedor Popular, Dar Etxea, NEGU GORRIAK Derecho a Techo y Haritu.
Durante la concentración se denunció que los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Pamplona no están atendiendo a las personas que carecen de padrón. Aunque la normativa obliga a empadronar a toda persona que resida en un municipio, los colectivos aseguran que este derecho rara vez se cumple cuando no existe una vivienda en propiedad o un contrato de alquiler. La ausencia de padrón implica, en la práctica, quedar fuera del sistema de atención social: “para la burocracia, quienes no tienen padrón no existen”, afirmaron.
Ante la falta de respuesta institucional, desde hace un año y medio diferentes colectivos sociales y vecinas y vecinos de la ciudad se han organizado para ofrecer comidas dignas varios días a la semana en distintos barrios, como Milagrosa-Arrosadia, Rotxapea y el Casco Viejo/Alde Zaharra. Los comedores, de carácter autogestionado, funcionan los lunes, martes y jueves y cuentan con la implicación mayoritaria de personas mayores, jóvenes y del propio colectivo migrante. No obstante, las personas organizadoras subrayaron que esta red solidaria resulta claramente insuficiente y reclamaron que el Ayuntamiento y el Gobierno de Navarra asuman su responsabilidad ampliando el comedor social público municipal o garantizando recursos que cubran toda la semana.
La protesta también puso el foco en las prioridades presupuestarias de las instituciones navarras. Mientras se destinan entre 3.000 y 4.000 millones de euros al tramo Castejón–Iruña del Tren de Alta Velocidad o se fomenta un modelo turístico que contribuye al encarecimiento de la vivienda, las administraciones alegan estar desbordadas y carecer de fondos para cubrir las necesidades básicas de unas decenas de personas, denunciaron los convocantes.
“Una comunidad que presume de ser líder en calidad de vida no puede permitir que haya personas deteriorándose entre montañas de basura y escombros”, señalaron, recordando que muchas de las personas afectadas migraron con la esperanza de trabajar y construirse un futuro mejor.
La concentración concluyó con una exigencia clara y urgente a las instituciones navarras: garantizar a todas las personas que viven en Navarra el derecho efectivo a un techo, a la alimentación y a unas condiciones de vida mínimamente dignas.
