El municipio de Cizur encabezó en 2023 la estadística de salarios en Navarra, con un salario bruto medio anual de 41.359,8 euros, frente a los 23.890,0 euros de Cadreita, que se sitúa en el extremo opuesto del ranking, según la Estadística Municipal de Estructura Salarial publicada este jueves.
La media navarra alcanzó los 31.199,7 euros, lo que supone un incremento de 2.010,2 euros respecto al año anterior. La estadística, elaborada con datos de 2023, desvela marcadas diferencias salariales entre municipios, así como brechas relevantes por sexo, edad, sector económico y nacionalidad.
Brecha salarial por sexo: 26,5 % en Cizur
Cizur no solo lidera en cifras absolutas, sino también en brecha salarial. Los hombres residentes en este municipio percibieron un salario bruto medio anual de 47.436,4 euros, frente a los 34.864,1 euros que cobraron las mujeres, lo que se traduce en una diferencia del 26,5 %.
Jóvenes y mayores: contrastes según la edad
La subárea de Aibar-Cáseda se sitúa a la cabeza entre los municipios con mayor salario medio anual para jóvenes, con 21.847,5 euros, mientras Galar ocupa el último lugar en este tramo de edad, con 16.678,0 euros. En la franja de mayor edad, los residentes en Cizur vuelven a destacar con 53.593,7 euros, frente a los 25.375,5 euros de Azagra.
Industria, el sector mejor retribuido
El análisis por sectores económicos vuelve a situar a Cizur en lo más alto, esta vez en la industria, con un salario medio anual de 50.297,6 euros, seguido de Aranguren (46.566,4 €) y Valle de Egüés (45.935,5 €). En el extremo contrario se sitúan Cadreita (22.749,2 €), Villafranca (24.267,6 €) y Mendavia (24.424,5 €).
Diferencias por nacionalidad
Las personas asalariadas de nacionalidad española con mayores ingresos también residen en Cizur (41.589,4 €), seguidas por quienes viven en Aranguren (39.120,9 €) y Valle de Egüés (37.501,2 €). En cuanto a las personas de nacionalidad extranjera, los salarios más altos se registran en Galar (35.997,8 €), Esteribar (30.181,2 €) y Cizur (29.897,1 €).
Los datos reflejan no solo las desigualdades territoriales en la Comunidad Foral, sino también las persistentes brechas salariales según el perfil sociodemográfico y el tipo de actividad económica.