Lo que comenzó como una inquietud compartida para proteger la salud mental dentro del cuerpo de la Policía Foral se ha consolidado en solo tres años como un ejemplo de cultura de apoyo mutuo entre agentes. CAP/UDARE, la Comunidad de Agentes Protectores, cumple su tercer aniversario desde que en 2022 adquirió personalidad jurídica propia, dando un paso decisivo en la lucha contra el suicidio en el ámbito policial.
El origen de esta iniciativa se remonta a 2018, cuando se aprobó el Plan de Prevención de Conductas Suicidas de la Policía Foral. En él se dibujaron las líneas estratégicas para abordar un tema que, históricamente, ha sido tabú en los cuerpos de seguridad. De esas líneas nació la figura del Agente Protector, un compañero formado y voluntario que escucha, acompaña y orienta a otros agentes en situaciones de crisis, siempre dentro de sus límites y sin invadir funciones propias de psicólogos o psiquiatras.
Tras definirse en 2020 y recibir formación a través del Teléfono de la Esperanza y la Escuela de Seguridad y Emergencias de Navarra, la CAP/UDARE quedó formalmente constituida como asociación en 2022, con apoyo y colaboración de la Policía Foral y del Gobierno de Navarra. Hoy la integran una treintena de policías forales de diferentes rangos y destinos.
La labor de CAP/UDARE se divide en dos grandes ramas. Por un lado, la atención directa, que ofrece un oído cercano a quienes atraviesan un mal momento personal o profesional, o a quienes cargan con experiencias traumáticas derivadas de su trabajo. Por otro, la formación y sensibilización, impartiendo charlas y módulos específicos en cursos de ingreso, reciclaje y ascenso, además de compartir su experiencia en foros especializados y en la Comisión Interdepartamental de Prevención de Conductas Suicidas del Gobierno de Navarra.
Un detalle cargado de humanidad da nombre a la asociación: UDARE, en homenaje a Francisco Javier Perales, policía foral fallecido en 2021 en un accidente de tráfico y uno de los impulsores de esta red de apoyo. Su apellido, traducido al euskera, simboliza hoy un compromiso colectivo con la vida y el cuidado mutuo entre compañeros.
Tres años después, CAP/UDARE se ha convertido en un referente interno que demuestra que, incluso en profesiones tan exigentes como la policial, la solidaridad y la prevención son claves para salvar vidas.