El acto central del Día de Navarra 2025 ha estado marcado este miércoles por un homenaje a Manuel Torres Martínez, reconocido a título póstumo con la Medalla de Oro de Navarra. El solemne evento, celebrado ante autoridades, representantes institucionales e invitados, ha servido para subrayar el legado del fundador de MTorres y para reivindicar la innovación, la ética y la colaboración público-privada como pilares del desarrollo de la comunidad.
La presidenta ha destacado a Torres como «ejemplo de compromiso» y símbolo de integración, recordando su origen murciano y su elección personal de Navarra como lugar para desarrollar vida y empresa. «La identidad y el sentimiento de pertenencia trascienden fronteras; se construyen desde el compromiso», ha subrayado.
Un innovador nato que llevó la ingeniería navarra al mundo
En su intervención, la presidenta ha repasado la trayectoria de Torres, desde sus inicios laborales en 1938 hasta la fundación de MTorres, hoy un grupo internacional con más de 500 empleados, 180 patentes y presencia en 70 países. La concesión del máximo reconocimiento foral se sustenta, según recordó, en «su extraordinaria visión para la creación de empleo tecnológico, su impulso a la internacionalización y su actitud permanente hacia la innovación».
El relato incluyó anécdotas que ilustran el carácter del premiado, como su primera patente —una máquina de bobinas que en apenas un año se expandió por todos los continentes— o su costumbre de proponer mejoras técnicas incluso desde la camilla de un hospital. «La innovación era una forma de vivir y de pensar», señaló la presidenta.
Defensa del arraigo territorial y la resiliencia empresarial
El Gobierno foral aprovechó el reconocimiento para destacar valores asociados al tejido económico navarro, como la capacidad de adaptación y el compromiso con el territorio. «MTorres es un ejemplo de cómo una empresa familiar puede crecer sin perder la esencia», afirmó, al tiempo que subrayaba los momentos difíciles atravesados por la compañía en los últimos años: «Superar obstáculos fortalece; la resiliencia es un gran valor».
La Fundación MTorres, compromiso social como sello de identidad
El discurso incluyó también un homenaje al trabajo de la Fundación MTorres, vinculada a la figura del empresario y creada, según remarcó la presidenta, «desde su corazón solidario». La entidad desarrolla proyectos en los ámbitos del cáncer infantil, la neurodiversidad, el autismo o la cooperación con países en desarrollo.
La innovación como política pública: Navarra, líder en inversión en I+D+i
En clave institucional, el Gobierno reivindicó el esfuerzo de Navarra en materia de investigación y desarrollo. La presidenta recordó que la comunidad fue en 2024 la que más porcentaje del PIB destinó a I+D+i —más del 2,3%— y adelantó que en 2026 se habilitarán más de 6 millones de euros adicionales para el Sistema Navarro de Innovación, además de un incremento del 12,5% en inversión en innovación.
También mencionó el refuerzo del ecosistema investigador, la financiación histórica de la universidad pública, el impulso a la FP Dual y el apoyo a startups, centros tecnológicos e incubadoras.
Ética pública, lucha contra la corrupción y defensa de la democracia
En el tramo final del discurso, la presidenta introdujo una reflexión sobre la calidad democrática, coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte de Franco y con los datos de encuestas que alertan de que una parte de la juventud ve con indiferencia los sistemas no democráticos. «Una dictadura nunca es una solución. Es un drama social que arrebata derechos y libertades», afirmó.
Anunció además mejoras en transparencia y contratación pública, y la intensificación de auditorías y controles para evitar «rendijas del sistema de las que se aprovechan quienes no tienen ética».
«Reivindico la buena política», dijo, entendida como aquella que fortalece instituciones mediante transparencia, participación y rendición de cuentas. «La democracia se preserva actuando, no solo proclamándola».
Navarra como tierra de convivencia y progreso
El acto concluyó con una apelación a la convivencia, al diálogo entre diferentes y al modelo navarro de colaboración social y económica. «Somos una comunidad que avanza desde la prosperidad compartida», afirmó, defendiendo la contribución del tejido empresarial y los valores que conforman la Marca Navarra.
La presidenta volvió a la figura de Torres para cerrar el homenaje: «Manuel fue un orgulloso murciano con una fuerte personalidad navarra. Uno de esos ingenios que necesitaban estar aquí para desplegar todo su potencial».
El galardonado de esta edición, Manuel Torres Martínez, nació en Aljucer (Murcia), en 1938. En 1975 fundó su empresa MTorres Diseños Industriales, en la localidad navarra de Torres de Elorz, compañía que, durante las siguientes décadas, se expandió con nuevas sedes en Fuente del Álamo (Murcia) o en Santa Ana (California). Por su dilatada experiencia, el empresario ha recibido a lo largo de su vida numerosos reconocimientos, como el Premio Nacional de Innovación, la Cruz de Carlos III el Noble, la Medalla de Oro de la Región de Murcia y la Medalla de Oro de la Confederación Empresarial Navarra.
Desarrollo del acto
El acto se ha iniciado a las 12:00 horas, con la entrada de la comitiva presidencial, encabezada por la Reina de Armas y los maceros, tras las que se han situado las principales autoridades de la Comunidad Foral: la Presidenta Chivite, el presidente del Parlamento, Unai Hualde, la delegada del Gobierno en Navarra, Alicia Echeverría, y el vicepresidente primero y consejero de Presidencia e Igualdad, Félix Taberna.
Una vez escuchado en pie el Himno de Navarra, ha intervenido el presidente de la Asociación Navarra de Ayuda a la Parálisis Cerebral (ASPACE Navarra), David Erice, entidad que ha propuesto la concesión de este reconocimiento a Manuel Torres.
Tras la intervención de Erice, se ha procedido a la entrega de la Medalla de Oro 2025, que ha recogido la presidenta de MTorres y mujer del empresario, Amparo Lusarreta. Además, ha compartido también unas palabras su hijo, Eduardo Torres.
Ha cerrado el acto la intervención de María Chivite.
La parte musical ha corrido a cargo de la Orquesta Sinfónica y del Coro de Cámara Aizaga, bajo la dirección de Javier Echarri. También se ha contado con la actuación del tenor José Luis Sola.







