No ha podido ser. Kona, el perro de la montañera tudelana fallecida en el Pico de las Neveras (Huesca), ha sido tristemente hallado muerto, cerrando así una historia teñida de dolor y esperanza que ha conmovido a toda la comunidad montañera navarra y aragonesa.
Iranzu Ollo, joven de 27 años, salió el pasado fin de semana a recorrer una de sus sendas favoritas en la zona de Baños de Panticosa, acompañada de sus dos perros, entre ellos Kona—un golden mestizo de gran nobleza y fortaleza. Una fatídica caída en una zona abrupta del Pico de las Neveras puso fin abruptamente a la vida de la montañera y del otro de sus perros, mientras la familia y allegados, junto a equipos de rescate, volcaron durante días sus esfuerzos en localizar a Kona que estaba desaparecido
Días de búsqueda y solidaridad
La desaparición de Kona movilizó a decenas de voluntarios, asociaciones caninas y montañeros que no dejaron de recorrer los valles de Bujaruelo y Bachimaña, donde se temía que pudiera hallarse perdido, asustado y desorientado. La campaña en redes sociales, impulsada por la familia y la Federación Navarra de Montaña, sintetizó el espíritu solidario de toda una tierra acostumbrada a cuidar a los suyos y a sus animales.
“Era un perro habituado a la montaña, sociable y fuerte, y por eso nunca perdimos la esperanza de encontrarlo con vida”, compartía uno de los voluntarios al frente del operativo en una entrevista en Onda Cero. No obstante, la adversidad de la alta montaña y el trauma vivido truncaron ese anhelo.






