Miles de fieles se despiden del Papa Francisco en el Vaticano mientras siguen los preparativos del funeral y el cónclave

La Santa Sede ha confirmado que más de 90.000 personas han pasado ya por la basílica, en una vigilia ininterrumpida que se prolongará hasta la tarde del viernes

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Miles de fieles se despiden del Papa Francisco en el Vaticano mientras siguen los preparativos del funeral y el cónclave

La Santa Sede ha confirmado que más de 90.000 personas han pasado ya por la basílica, en una vigilia ininterrumpida que se prolongará hasta la tarde del viernes

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La Plaza de San Pedro y la nave central de la basílica han sido este jueves el corazón palpitante de la cristiandad. Desde la madrugada, una marea humana ha fluido por la Vía de la Conciliación para dar el último adiós al Papa Francisco, cuyo cuerpo permanece expuesto en la capilla ardiente tras su fallecimiento el pasado lunes a los 88 años, víctima de un grave cuadro respiratorio.

La Santa Sede ha confirmado que más de 90.000 personas han pasado ya por la basílica, en una vigilia ininterrumpida que se prolongará hasta la tarde del viernes, cuando se cerrarán las puertas para dar paso a la ceremonia fúnebre del sábado. Fieles de todos los continentes —argentinos emocionados, familias italianas, peregrinos de Europa del Este, Asia y África— han aguardado durante horas bajo el sol y la humedad de la noche para acercarse al féretro abierto, colocado ante el altar mayor, en un ambiente de recogimiento y lágrimas.

El silencio se impone pese a la multitud. Muchos se arrodillan, otros rezan en voz baja, algunos simplemente contemplan en silencio el rostro sereno de Francisco. “Recen por mí”, solía pedir el Papa; hoy, miles cumplen su última voluntad.

Un funeral austero, según su voluntad

El funeral, previsto para el sábado a las 10 de la mañana, será fiel al espíritu de sencillez que marcó el pontificado de Francisco. El propio Papa dejó instrucciones para simplificar el protocolo: el ataúd es de madera con interior de zinc, sin el tradicional triple féretro ni el báculo papal, y se ha eliminado el velatorio privado en el Palacio Apostólico. La tumba, realizada en mármol de Liguria, lleva únicamente la inscripción “Franciscus” y su cruz pectoral, y estará ubicada cerca del Altar de San Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor, cumpliendo así su deseo testamentario.

Mientras tanto, el Vaticano bulle con los preparativos del cónclave que elegirá al sucesor de Francisco. La Capilla Sixtina cerrará al público el lunes para acoger a los 133 cardenales electores, el 90% de ellos nombrados por el propio Bergoglio, en el que será el cónclave más numeroso e internacional de la historia. Se espera que la elección sea compleja y polarizada, reflejo de los desafíos de la Iglesia global y del legado reformista del Papa argentino.

Roma, bajo la mirada del mundo

La ciudad se ha blindado para acoger a decenas de miles de peregrinos y dignatarios, con especial atención a las delegaciones llegadas de América Latina, tierra natal de Francisco. El alcalde de Roma prevé que el número de visitantes supere los 100.000 en las próximas horas.La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y líderes internacionales ya han rendido tributo al Pontífice, mientras el mundo sigue expectante el desenlace de una semana histórica para la Iglesia Católica.

El último adiós a Francisco es también el primer paso hacia una nueva era en el Vaticano, bajo la sombra alargada de un Papa que cambió la historia y el corazón de millones.

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