El pasado jueves, un joven montañero de 23 años y vecino de Pamplona tuvo que ser rescatado en helicóptero en la zona del Collado de Saretas, en el término municipal de Panticosa (Huesca), después de sufrir una caída en una zona de nieve.
Según han informado este domingo desde el GREIM de la Guardia Civil, el aviso se recibió a las 14:10 horas, momento en el que el montañero informó de que, tras la caída, había perdido el material necesario para continuar la actividad con seguridad. Ante la situación, se activaron el GREIM de Panticosa y la Unidad Aérea de la Guardia Civil de Huesca.
Tras sobrevolar el área, los especialistas localizaron al joven y procedieron a su evacuación en helicóptero hasta la helisuperficie de Panticosa. Afortunadamente, el montañero fue rescatado sin heridas, pero quedó claro que no podía continuar por sus propios medios.
La intervención, rápida y eficaz, evitó que la situación se complicara en una zona que, aunque frecuentada por montañeros, sigue presentando riesgos importantes, especialmente con la presencia de nieve tardía en altura.
No ha sido el único montañero navarro rescatado estos días ya que el lunes, un montañero de 30 años, vecino de Navarra, tuvo que ser rescatado tras extraviarse y quedar enriscado mientras realizaba una ruta en la zona del Pico Lecherines, en el término municipal de Aísa (Huesca). El primer aviso se recibió a las 11:55 horas, momento en el que se activó el protocolo de rescate por parte del GREIM de Jaca y la Unidad Aérea de la Guardia Civil de Huesca. Tras sobrevolar la zona, los especialistas lograron localizar y acceder al montañero, que se encontraba en una zona de difícil acceso.
Gracias a la intervención aérea, el montañero pudo ser evacuado sin lesiones y trasladado en helicóptero hasta su vehículo particular. Afortunadamente, la operación se resolvió sin daños personales y con total eficacia por parte de los servicios de rescate.
Este nuevo incidente pone de relieve la importancia de la precaución y la planificación al realizar actividades en montaña, especialmente en zonas escarpadas como el Pirineo aragonés.
