El mes de junio ha sido excepcionalmente cálido en Navarra, con temperaturas notablemente elevadas durante la segunda quincena y registros que han superado los valores medios habituales en todo el territorio. Según el comentario meteorológico mensual publicado por el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, las diferencias térmicas respecto a la media histórica han oscilado entre los 3 y los 5 grados centígrados en la mayoría de las estaciones.
El calor ha sido especialmente acusado en zonas como la Comarca Noroccidental, el norte de Tierra Estella, el sur de la Comarca Pirenaica y en algunas estaciones de la Ribera Baja. En 18 estaciones con series de datos superiores a los 30 años se ha superado la temperatura media de las máximas, con registros especialmente altos en Arróniz, Buñuel, Navascués y Oroz-Betelu / Orotz-Betelu, donde las máximas han rebasado en más de un grado centígrado su media habitual.
Este comportamiento térmico ha ido acompañado de un descenso significativo en el nivel de agua embalsada. Si a finales de mayo los embalses navarros se encontraban al 92,8% de su capacidad, al cierre de junio el volumen se sitúa en el 82,7%, una pérdida de más de 10 puntos porcentuales en apenas un mes.
En cuanto a las precipitaciones, aunque el mes ha sido caluroso, las lluvias se han situado por encima de los valores medios en buena parte del sur de la Comunidad Foral, así como en áreas con mayor influencia atlántica y en varias estaciones de la Cuenca de Pamplona. No obstante, este aporte hídrico no ha compensado la alta evaporación asociada a las elevadas temperaturas.
El balance climático de junio deja así una clara huella de calor en Navarra, con datos que confirman una tendencia sostenida hacia veranos cada vez más cálidos y una gestión del agua que se vuelve crítica a medida que avanza la temporada estival.