Los Miura, esos legendarios toros de Zahariche, han vuelto a escribir una página memorable en la historia de los encierros de San Fermín. El último y octavo encierro de las fiestas ha sido un auténtico espectáculo de velocidad y destreza, con la manada agrupada y lanzada a toda máquina por las calles del casco viejo.
El reloj no engaña: 2 minutos y 16 segundos. Ese ha sido el tiempo que han necesitado los Miura para completar el recorrido, uno de los más rápidos que se recuerdan. Desde el primer cohete, la manada ha corrido como un solo bloque, compacta y poderosa, sin apenas abrir huecos, lo que ha permitido a los mozos disfrutar —y sufrir— de carreras limpias y bellísimas.
El tramo de Mercaderes y Estafeta habitualmente uno de los más complicados por la acumulación de corredores, hoy ha ofrecido imágenes de gran plasticidad. Al tratarse de un lunes, la afluencia de mozos ha sido menor, lo que ha permitido ver carreras largas, limpias y valientes, con los corredores midiendo cada zancada y cada mirada a los Miura, que no han dado tregua.
Balance provisional: encierro limpio y cuatro heridos por contusiones, uno en columna
La velocidad y la compacidad de la manada han facilitado un encierro limpio, sin incidentes graves. Según el balance provisional de Cruz Roja, al menos cuatro personas ha resultado heridas por contusiones, sin que, por el momento, se hayan registrado cornadas.
