La noche del domingo, a las 23:50 horas, decenas de personas en distintas comunidades autónomas —Navarra, Euskadi, Aragón, Andalucía, La Rioja, Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid y Región de Murcia— fueron testigos de un objeto brillante cruzando el cielo, que en un primer momento muchos confundieron con una estrella fugaz extraordinariamente luminosa.
Inicialmente, la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos (SPMN) como así adelanto Pamplona Actual entre otros medios apuntó a que se trataba de la reentrada en la atmósfera de la etapa superior del cohete chino Jielong-3. El fenómeno fue calculado con una magnitud absoluta de –8 ±1, lo que lo convierte en un evento de gran luminosidad, visible a simple vista desde cientos de kilómetros.
Sin embargo, el astrofísico Jonathan McDowell ha rectificado posteriomente su análisis y tras pedir disculpas ha confirmado que, en realidad, el objeto era el satélite Starlink 30199, perteneciente a la constelación de comunicaciones de SpaceX, de Elon Musk. Según sus datos, el rastro observado correspondía a su reentrada sobre el sur de España.
Reentry observed at 2145 UTC Aug 10 over southern Spain was in fact Starlink 30199. Here is the reentry track.
— Jonathan McDowell (@planet4589) August 11, 2025
Disregard my earlier analysis which suggested it was the Jielong-3. pic.twitter.com/G9gBFrMWwl
Never mind, I made a mistake in my calculations. The reentry over Spain was of Starlink 30199. The Chinese rocket stage passed over an hour later and didn't reenter on that orbit. https://t.co/IVPvCqfwT0
— Jonathan McDowell (@planet4589) August 11, 2025
El suceso quedó registrado por la red de estaciones de vídeo detección de la SPMN en localidades como Balones (Alicante), Bartolo (Benicàssim), Barx (La Visteta), Benamaurel (Granada), Blesa (Teruel), Cehegín (Murcia), Esparreguera (Barcelona), Estepa (Sevilla) y Sant Mateu (Castellón), además de múltiples grabaciones de aficionados y testigos.
Aunque su aspecto pudo recordar a las Perseidas —especialmente activas estos días—, la diferencia es que no se trataba de un meteoro natural, sino de basura espacial desintegrándose en la atmósfera. Un espectáculo visual tan llamativo como inquietante, que recuerda el impacto creciente de la actividad humana más allá de nuestro planeta.