El grupo municipal de Unión del Pueblo Navarro (UPN) en el Ayuntamiento de Pamplona ha expresado su preocupación por la negativa del concejal delegado de Seguridad y Convivencia Ciudadana, Endika Alonso, a calificar como delito de odio los gritos proferidos durante las Fiestas de la Txantrea en abril. Los gritos, dirigidos a cinco agentes de la Policía Municipal, incluían frases como «munipa, te quito la pipa» y «munipa, cuchillo en la tripa», las cuales, según los informes policiales, podrían ser constitutivas de delito de odio.
Controversia en la Comisión de Presidencia
Durante la Comisión de Presidencia del martes, Alonso, recientemente reprobado por el Pleno del Ayuntamiento de Pamplona por sus declaraciones en favor de los presos de ETA, se negó a calificar los incidentes como delito de odio. Desde UPN han manifestado su descontento, señalando la gravedad de que el responsable de Seguridad Ciudadana no defienda a los agentes de la Policía Municipal. Los foralistas también han planteado inquietudes sobre otros sucesos de esa noche, donde ocho agentes fueron acorralados por cerca de 200 personas, quienes les insultaron con términos como «txakurrak» o «hijos de puta».
Comparaciones con sanciones previas
UPN ha destacado que recientemente se impuso una sanción de 12.000 euros a una persona por insultar a Asiron durante la Procesión de San Fermín, calificando el hecho como una infracción grave. Han cuestionado si los incidentes en la Txantrea, que consideran de mayor gravedad, recibirán el mismo tratamiento. No obstante, Alonso ha declarado que no es su responsabilidad actuar en este caso, lo que ha sido criticado por los foralistas, quienes consideran que esta falta de acción deja a los agentes en una posición vulnerable.
Los eventos ocurrieron cerca de una carpa ilegal en la Plaza del Euskera, donde también se exhibieron pancartas de apoyo a los asesinos de Tomás Caballero. UPN ha criticado al equipo de gobierno por no tomar medidas para impedir estas acciones. Han acusado a EH Bildu de mostrar permisividad hacia quienes comparten su ideología y de desamparar a las víctimas del terrorismo y a la Policía Municipal.
La situación ha generado un debate sobre la gestión de la seguridad en Pamplona y la respuesta del gobierno municipal ante situaciones que involucran a la Policía Municipal. UPN ha enfatizado la necesidad de una respuesta contundente para proteger a los agentes y garantizar la seguridad en eventos públicos. Los hechos han puesto de relieve las tensiones políticas en el Ayuntamiento de Pamplona, con UPN criticando la postura del equipo de gobierno y su manejo de la seguridad ciudadana.
A medida que la discusión continúa, la atención se centra en cómo se abordarán estos incidentes en el futuro y qué medidas se implementarán para prevenir situaciones similares. La falta de acción percibida por parte del concejal de Seguridad ha suscitado preocupaciones sobre el apoyo y la protección brindados a la Policía Municipal en su labor diaria.