La presidenta de UPN, Cristina Ibarrola, ha elevado el tono contra el Gobierno foral tras el cese del director general de Obras Públicas, Pedro López, al que considera «un reconocimiento explícito de los indicios de corrupción que rodean la adjudicación de los túneles de Belate». La dirigente regionalista ha asegurado que su partido lleva «denunciando desde el minuto uno» las irregularidades en torno a la obra de duplicación.
Ibarrola ha responsabilizado directamente a la presidenta María Chivite de la situación, a quien acusa de haber «abierto de par en par las puertas del Palacio de Navarra a Cerdán». Según ha dicho, el sobrecoste de la actuación —una adjudicación de 76 millones de euros a la empresa vinculada al exdiputado socialista— sigue sin explicación convincente por parte del Ejecutivo.
Para la líder de UPN, la destitución de López es «absolutamente insuficiente». Considera que el ya exdirector general ha actuado como «cabeza de turco para contentar a sus socios y eludir su propia responsabilidad». «Ni tan siquiera ha explicado por qué le cesa», ha criticado, advirtiendo de que «si Chivite cree que con su salida se da por zanjado el escándalo, pretende tomar el pelo a toda Navarra».
El partido regionalista sostiene que el sobrecoste revelado en la comisión de investigación del Senado es «solo la punta del iceberg» de una adjudicación «manchada por la sombra de la sospecha desde el inicio». Ibarrola recuerda que, a su juicio, la presidenta foral «ocultó ese sobrecoste a todos los navarros» en sus comparecencias públicas.
«María Chivite no tiene ninguna credibilidad y este cese no se la devuelve», ha afirmado Ibarrola, que ha insistido en pedir su dimisión y la convocatoria de elecciones. Además, ha emplazado a los socios del Gobierno foral a no conformarse con este relevo: «Si después de todo lo exigido estos días se quedan con esto, demostrarán su tolerancia con las sombras de corrupción del Gobierno».







