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La percepción del tiempo puede ser una nueva clave para entender las alteraciones mentales asociadas a la esquizofrenia

El estudio sugiere que los trastornos en el procesamiento temporal no son un síntoma más, sino una posible raíz común de las dificultades cognitivas

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  • Los doctores Molero, Ortuño y Alegre

Psiquiatras de la Clínica Universidad de Navarra han concluido en un artículo publicado en la revista Schizophrenia -revista del grupo Nature-, que los problemas en el procesamiento temporal podrían ser una raíz común de las dificultades cognitivas que se producen en la esquizofrenia. Por eso, defienden la necesidad de que estas dificultades se consideren un fenómeno central para comprender por qué se producen las disfunciones cognitivas –operaciones mentales– asociadas a esta enfermedad.  

El Dr. Felipe Ortuño, codirector del Departamento de Psiquiatría de la Clínica, explica que “la capacidad de discriminar el tiempo y de detectar cambios en los estímulos –como variaciones en sonidos o imágenes– comparten, en buena medida, los mismos circuitos cerebrales. Esto significa que, si el cerebro procesa mal el paso del tiempo o los cambios en el entorno, puede verse afectado todo el conjunto de funciones cognitivas de las que depende adaptarse a lo que ocurre en cada momento”. 

El estudio sugiere que los trastornos en el procesamiento temporal no son un síntoma más, sino una posible raíz común de las dificultades cognitivas que se producen por esta enfermedad. Este enfoque abre nuevas vías para el diagnóstico y tratamiento, ya que permite incorporar tareas de percepción del tiempo en la evaluación cognitiva o aplicar técnicas de estimulación cerebral para mejorar estos procesos.   

“La esquizofrenia no solo se manifiesta por alucinaciones, delirios o alteraciones en la afectividad y la voluntad. También implica una afectación profunda en funciones cognitivas como la atención, la memoria o el razonamiento. Sin embargo, los tratamientos actuales son poco eficaces para mejorar estos síntomas cognitivos y es necesario abrir nuevas vías de investigación y tratamiento”, afirma el Dr. Ortuño. 

Los investigadores han documentado casos significativos a partir de estudios experimentales. Además, junto a especialistas del Servicio de Neurofisiología de la Clínica, han recurrido a marcadores que se utilizan para evaluar y mediar la actividad cerebral a través de la detección automática de cambios en secuencias de estímulos auditivos repetitivos o cuantificando objetivamente las respuestas de este órgano a dichos estímulos.  

25 años de investigación multidisciplinar 

Según el Dr. Ortuño, “desde que en el año 2000 comenzamos a investigar esta cuestión con especialistas de los servicios de Medicina Nuclear y Radiología, gracias al avance de la neuroimagen hemos visto que hay partes del cerebro que no se activan lo suficiente cuando se realizan actividades en las que es necesaria la atención entre estos pacientes. Otros estudios nos confirman que las personas con esquizofrenia presentan déficits importantes en circuitos neuronales concretos que afectan a la realización de diferentes tareas. Por ello, es importante situar la disfunción del procesamiento cerebral en el centro del análisis para explorar nuevas estrategias terapéuticas”.    

La esquizofrenia es una enfermedad mental grave producida por un desorden en el cerebro que deteriora la capacidad de las personas en aspectos psicológicos diversos como el pensamiento, la percepción, las emociones o la voluntad. Entre los principales síntomas que provoca se encuentran los delirios, las alucinaciones, los trastornos del pensamiento o el deterioro de las emociones, entre otros. Según un informe del Ministerio de Sanidad sobre las enfermedades mentales, esta enfermedad afecta al 3,7% de la población.

 De izquierda a derecha, el Dr. Patricio Molero, psiquiatra de la Clínica Universidad de Navarra, el Dr. Felipe Ortuño, codirector del Departamento de Psiquiatría, y el Dr. Manuel Alegre, director del Servicio de Neurofisiología.

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