La repercusión global ha sido inmediata. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó la elección como “un gran honor para nuestro país” y expresó su deseo de reunirse con el nuevo Papa, subrayando el orgullo nacional por el primer pontífice estadounidense. Desde América Latina, la comunidad católica peruana celebró con entusiasmo la elección de quien fuera su obispo, mientras que el presidente colombiano Gustavo Petro destacó los lazos del nuevo Papa con la región y su potencial para liderar a los pueblos migrantes del mundo.
En Europa, el presidente francés Emmanuel Macron calificó el momento como “histórico” y deseó que el pontificado de León XIV sea “portador de paz y esperanza”. El canciller alemán Friedrich Merz subrayó la importancia de su liderazgo espiritual en tiempos difíciles, mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, puso el foco en la necesidad de liderazgos que promuevan la dignidad humana y la paz.
El presidente ruso, Vladímir Putin, felicitó al nuevo Papa y expresó su confianza en que el diálogo y la cooperación entre Rusia y el Vaticano continúen sobre la base de los valores cristianos compartidos. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, pidió al nuevo pontífice que continúe brindando apoyo moral y espiritual a Ucrania en el contexto del conflicto con Rusia.
Desde América Latina, además de Perú y Colombia, mandatarios de México y Ecuador enviaron mensajes de felicitación, resaltando la convergencia humanista y la esperanza de que el nuevo Papa impulse la paz y la prosperidad mundial.
En el ámbito religioso, líderes católicos de distintos países han celebrado el perfil cercano, sencillo y evangélico de León XIV, destacando su experiencia pastoral y su conexión con América Latina.