Alzórriz deja la vicesecretaría general del PSN tras revelarse que su pareja trabajó en Servinabar

Asegura que se lo ha revelado a la presidenta Chivite y que ésta le ha pedido que adopte esta decisión

Pamplona Actual

Chivite no dimite tras conocerse que Cerdán era dueño de Servinabar: "Me siento traicionada, personal y políticamente"

Anuncia que el Gobierno Foral se personará ante el Supremo como acusación en el caso

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  • Chivite, en la rueda de prensa -

La presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite ha comparecido este miércoles en rueda de prensa tras conocerse que Santos Cerdán era el dueño con un 45% de las acciones de Servinabar SL, mediante un documento privado, secreto, que fue incautado por la UCO en el último registro en Pamplona. 

Chivite ha descartado que el escándalo vaya a acabar con su gobierno como le ha exigido la oposicion en bloque, y asegura que se sentía "traicionada, personal y políticamente" por su compañero de partido Santos Cerdán.

Con todo Chivite ha anunciado una medida que previamente el ejecutivo había filtrado a una agencia de noticias, en el sentido de que el Gobierno de Navarra se personará ante el Supremo como acusación en el 'Caso Koldo' ya denominado 'Caso Cerdán'. “Vamos a llegar hasta el final con esta investigación y tendrá que caer quien tenga que caer”, afirmó tajante la presidenta socialista, dejando claro que su Ejecutivo no tolerará irregularidades.

Chivite ha confirmado que su Gobierno no ha recibido ninguna comunicación oficial por parte de la empresa Acciona sobre la ruptura con Servinabar, una firma salpicada por el caso. A preguntas de la prensa, también ha señalado que el contrato del colegio de Arbizu será revisado en el marco de la investigación, al estar ligado a una UTE en la que participa otra empresa propiedad de Antxón Alonso, también vinculado a Servinabar. 

Respecto a la posible participación del dirigente socialista Santos Cerdán en el accionariado de Acciona (un 45 %), Chivite se desmarcó completamente. “Ni adjudico obras ni tengo nada que ver con esos procesos”, aseguró. Subrayó que las adjudicaciones se llevan a cabo por las mesas de contratación bajo control legal y sin intervención política. “Los altos cargos no intervienen jamás en adjudicaciones”, remachó.

Además, confirmó que el documento que revela esa participación accionarial no estaba registrado públicamente y que su existencia ha sido conocida recientemente tras un registro judicial. “Era un documento privado. Entiendo que era algo secreto”, dijo.

Sobre su relación con Santos Cerdán, Chivite reconoció no haber hablado con él en los últimos días y negó haber tratado temas de adjudicaciones o de Servinabar en sus conversaciones privadas Sin embargo, admitió que ambos participaron en reuniones ministeriales donde se abordaron proyectos de infraestructuras.

De la desolación a la traición

En una reflexión personal, la presidenta reconoció un cambio de actitud respecto a la semana pasada. Si entonces se mostraba “desolada”, hoy habla de “un sentimiento de traición, personal y política”. Dijo que nuevos datos, como documentos y transcripciones de audios conocidos en las últimas horas, la han llevado a tomar más distancia. “Mi actitud es otra, claramente”, sostuvo.

Preguntada si este era el momento más difícil de su mandato, Chivite recordó los meses críticos de la pandemia, el cierre de colegios y la comunidad, pero subrayó que siempre ha dado la cara. “Sé la responsabilidad que tengo y que debo ejercer, y creo que nunca me he escondido”, sentenció.

Transparencia, unidad del Gobierno y auditoría interna

Chivite compareció como presidenta del Gobierno, pero no esquivó su papel como secretaria general del PSN. De forma excepcional, anunció que ha encargado una auditoría de las cuentas del partido durante la etapa de Santos Cerdán como secretario de Organización, en un intento de marcar distancia y reforzar la transparencia.

Sobre si esta situación puede afectar a la estabilidad del Ejecutivo, Chivite fue clara: el Gobierno está unido y ha compartido las decisiones adoptadas, incluida la personación como acusación en el caso. “La sesión de gobierno de esta mañana ha servido para reafirmar nuestra posición: máxima transparencia y defensa del interés público”, explicó.

La presidenta terminó la comparecencia visiblemente firme, reiterando que no hay indicios de ilegalidades en las adjudicaciones actuales, pero sin descartar consecuencias si se demuestra lo contrario. “Nuestro empeño es garantizar que todo se ha hecho legalmente. Y por ahora, no hay nada que diga lo contrario”.

Una comparecencia que, lejos de cerrar el caso, augura semanas intensas en el tablero político navarro. Y una presidenta que, tras seis años en el cargo, parece dispuesta a librar la batalla más delicada de su mandato.

 

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