Un nuevo golpe contra el robo organizado en viviendas ha culminado con la detención in fraganti de dos integrantes de un grupo itinerante especializado en asaltar domicilios de Madrid mediante un método tan sigiloso como sofisticado: llaves maestras decodificadoras. Gracias a esta herramienta profesional, eran capaces de abrir cerraduras sin forzar puertas ni dejar rastro de violencia.
Según ha informado la Policía Nacional, los arrestados, de origen georgiano, estarían implicados en al menos 30 robos con fuerza cometidos en pisos de la capital durante los meses de junio y julio. Su “modus operandi” era casi de manual: se desplazaban en parejas de trabajo, alquilaban vehículos y recorrían barrios de baja afluencia y edificios sin seguridad para localizar objetivos fáciles. Una vez seleccionados, marcaban discretamente las puertas de madrugada para verificar si los propietarios estaban fuera y regresaban días después para robar.
La investigación, que arrancó tras detectarse una oleada de asaltos con idéntico patrón, permitió a los agentes identificar a los dos varones que, tras operar dos o tres meses en España, tenían previsto abandonar el país para eludir la acción policial. La madrugada de la detención, la Policía les sorprendió en pleno operativo: uno de ellos sacaba bolsas ocultas en el capó de su coche para acceder rápidamente a varios portales. En su poder encontraron una bolsa repleta de ganzúas, llaves maestras y marcadores, además de una gran cantidad de joyas y relojes de alta gama ocultos en un calcetín.
El registro posterior de su vehículo y vivienda arrojó más pruebas: utillaje especializado para apertura de puertas y monedas antiguas y efectos de valor, fruto de sus golpes. Ambos arrestados han ingresado en prisión provisional como presuntos autores de 30 delitos de robo con fuerza en vivienda habitada.
Desde la Policía Nacional recuerdan la importancia de extremar la prevención ante este tipo de delincuencia cada vez más profesionalizada: aparentar que la vivienda está ocupada, reforzar cerraduras, revisar posibles marcadores en puertas y no difundir ausencias en redes sociales son algunas de las recomendaciones clave.
Este caso vuelve a poner de manifiesto cómo los grupos criminales itinerantes combinan alta movilidad, sigilo y herramientas de cerrajería avanzadas para abrir puertas sin dejar señales, una sofisticación que obliga a vecinos y cuerpos de seguridad a estar siempre un paso por delante.