Una joven de 18 años denunció este miércoles haber sido víctima de una brutal violación grupal en Ferrol, relatando a la policía que varios hombres, entre ellos inmigrantes, la habían asaltado, agredido y violado en la madrugada del martes en una céntrica zona de la ciudad. El caso, desde un principio, causó una gran conmoción social y mediática debido a la gravedad de los hechos denunciados y la implicación en el relato de inmigrantes, con la consiguiente detención de un hombre marroquí que tenía una orden de expulsión vigente.
Sin embargo, conforme avanzó la investigación, surgieron inconsistencias en el relato de la joven. Fuentes policiales confirmaron a medios como El Mundo que en sede policial, y en presencia de su abogado, la joven reconoció finalmente haberse inventado la denuncia. Así, admitió que la agresión narrada nunca tuvo lugar y que los hechos, tal y como los describió ante la policía, fueron falsos. El Mundo subraya que el falso testimonio incluyó la implicación de inmigrantes, intensificando el eco social y la reacción pública ante los primeros titulares del caso.
Otras cabeceras como La Voz de Galicia también han informado que la joven se retractó de todas sus acusaciones, reconociendo que no hubo agresión sexual grupal ni la participación de varios hombres inmigrantes, como había relatado en su denuncia inicial. La investigación policial, pese a la gravedad de las acusaciones originales, continúa para esclarecer todos los extremos del caso y dilucidar posibles responsabilidades penales por denuncia falsa.
Este suceso ha reabierto el debate social sobre la repercusión de denuncias falsas y su impacto, tanto en los señalados como en colectivos vulnerables, y la dificultad que implica para las fuerzas de seguridad verificar este tipo de sucesos con la presión social y mediática de fondo.