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Pamplona Actual

Arturo Fernández: “El objetivo de Flamenco On Fire es emocionar y sorprender al público cada año”

“El flamenco es mucho más que música; es emoción, diversidad y también compromiso social", asegura en una entrevista en Pamplona Actual el director del Festival

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  • Arturo Fernández, durante la presentación del Festival 2025 -
  • “El reto es sorprender en cada edición: al público y a los propios artistas”

Se aproxima la duodécima edición de Flamenco On Fire, festival que ha revolucionado la agenda cultural navarra. Arturo Fernández, su director, desvela la trastienda, los retos y el alma singular de este encuentro que es mucho más que una cita musical.

José Antonio Navidad: Faltan pocos días para que arranque esta duodécima edición de Flamenco On Fire. ¿Cómo se vive esa cuenta atrás desde la dirección? 

Arturo Fernández: Con nervios, ganas y mucha ilusión. Queremos que todo suceda según lo que tenemos en mente, y sobre todo que tanto el público como los artistas disfruten en una tierra tan maravillosa como Navarra. Arrancamos el día 22 en Viana, con una programación que estrenará una nueva trilogía, contando una historia del flamenco. Hay emoción y también la responsabilidad de que todo esté  a la altura de las ediciones anteriores.

¿A nivel de organización, imagino que encajar artistas, escenarios, cachés, debe ser todo un reto. ¿Cuál ha sido el mayor desafío en esta edición?

El reto es no repetir. No queremos ofrecer siempre lo mismo, sino sorprender en cada edición, tanto a público como a los propios artistas. Buscamos nuevos nombres, actividades e incluso encuentros inesperados, como el homenaje a la pelota vasca. Cada año intentamos que se viva algo diferente.

La edición de este año arranca una trilogía bajo el lema “Tandal”. ¿Por qué este nombre y qué significado tiene para el festival?

“Tandal” es una palabra que aparece en un libro de mediados del siglo XIX, “Los Zinkalis”, de George Barrow. Significa “patio”, y creemos que define esos inicios del flamenco, cuando estaba creciendo y todos convivían, compartían. El patio es símbolo de cercanía, de mezcla, de evolución, y representa perfectamente el periodo que queremos retratar, del primer tercio del siglo XIX al ocaso de los cafés cantantes en 1925 aproximadamente.

El cartel de este año también sorprende, con un guiño a la pelota vasca y el número 12. ¿Qué queríais transmitir con esa imagen?

Queremos rendir homenaje a la pelota vasca, una tradición profundamente navarra y de proyección internacional. El flamenco, desde sus orígenes, también ha evolucionado y viajado. Buscábamos un cartel que diera la bienvenida a visitantes de fuera y que mostrara esa conexión entre tradiciones, deporte y arte.

“La mujer ha tenido y tendrá siempre un papel esencial en el Flamenco On Fire”

En la programación vemos nombres consagrados como Esperanza Fernández, Pepe Habichuela o Tomatito y también apuestas por otros estilos, como la presencia de Los Planetas. ¿Qué buscáis con este contraste?

Esperanza Fernández, por ejemplo, es esencial para explicar  el barrio de Triana que tan importante fue dentro del periodo que abordamos este año. Y al mismo tiempo, buscamos abrir puertas: Los Planetas, con su conexión flamenca desde hace años, permiten que gente ajena al flamenco se acerque al festival por otro camino. Lo mismo con nombres como Yerai Cortés, Rocío Márquez… Hay tradición y también voluntad de expansión hacia nuevos públicos.

La mujer siempre ha tenido especial protagonismo en Flamenco On Fire, tanto en grandes nombres como en la programación de calle. ¿Es una decisión consciente?

Por supuesto. La mujer es esencial en el desarrollo del flamenco, va en su propia raíz. Nuestra línea artística cuida mucho esa presencia: la Macanita, Vero la India, Alba Heredia, Ángeles Toledano, Lela Soto, María Terremoto, Montse Cortés… y figuras como Rocío Márquez. Es un principio artístico y de justicia: el flamenco no se entiende sin la aportación femenina, histórica y actual.

Este año también se homenajeará a la periodista Loretxo Iñarrea. ¿Qué representa para el festival y para ti en lo personal?

Loretxo fue —es— muy especial. Aunque se marchó en lo físico, espiritualmente está con nosotros. Fue una periodista exquisita, muy vinculada a Navarra y voluntaria incansable, colaboró siempre con el festival, involucrándose además en el trabajo social con los voluntarios y desde la sensibilidad humana. Hemos decidido conceder  el primer galardón honorífico de la Fundación Flamenco On Fire a título póstumo, que recogerá su familia. El lado social del festival es fundamental: damos entradas a redes de pobreza, celebramos el Día de las Mujeres Flamencas, organizamos conciertos solidarios. Flamenco On Fire es más que música, es compromiso con la sociedad.

Otra seña de identidad son los escenarios: este año habrá más espacios y el regreso del Teatro Gayarre y el Palacio Ezpeleta. ¿Qué aporta tanta diversidad de lugares?

La pluralidad de espacios es parte de la personalidad del festival y nos permite una programación pensada para cada lugar. Algunos proyectos se viven mejor en grandes salas, otros son perfectos para patios o plazas abiertas. Así mostramos la realidad actual del flamenco desde ángulos distintos, y el público también lo percibe: cada espacio tiene su magia, desde el Baluarte hasta los escenarios en la calle.

Los conciertos gratuitos en patios y plazas también son un clásico del festival. ¿Cómo valoras esa interacción con el público de la calle?

El festival tiene dos elementos esenciales: los artistas y el público. El nuestro es muy especial, fiel y respetuoso, pero también abierto a nuevas propuestas. La naturaleza “callejera” de Navarra y la manera de vivir la cultura, en la que  impera el respeto y la atención por lo que está sucediendo en los escenarios… Los artistas se sorprenden, sobre todo, por los silencios y la calidad de la escucha. La programación está pensada para que el público fluya de un espacio a otro y viva el festival como un recorrido vital.

La fusión de estilos siempre ha caracterizado Flamenco On Fire, pero también se ha remarcado la pureza, la raíz. ¿Dónde está el equilibrio?

Nuestra línea de programación es muy flamenca, centrada en la guitarra y en cante, y con presencia muy destacable, del baile, nos importan más lo cercano a lo jondo que lo que se aleje.lo jondo.  Sin embargo, no  evitamos programar proyectos más cercanos al concepto “fusión”, porque el flamenco, por naturaleza, es permeabiliza todo lo que toca. La programación se sustenta más en la raíz que en la mescolanza , aunque siempre habrá proyectos que exploren nuevos caminos.

¿Qué crees que aporta Flamenco On Fire al panorama nacional e internacional? 

Aportamos valor, personalidad y perspectiva. Es un proyecto que persigue sumar y que no compite con nadie, aunque somos conscientes que se nos observa y que se nos espera en cada edición.  Cuidamos aspectos que otras citas no tienen en consideración como el   el diseño de la cartelería,  los textos, las temáticas y, sobre todo, la coherencia de la programación. Somos una pieza más del universo flamenco pero con personalidad propia.-  

¿Cuál es el futuro del festival?

El futuro pasa por seguir creciendo en público y mantener la calidad artística alcanzada, seguir divulgando y , sobre todo, por seguir aportando diversidad  a la tierra que nos acoge.

¿Algún artista que aún sueñes con traer?

Me gustaría que volvieran todos los que se han ido y que nos han dejado su arte. Con los que están, mi deseo sería poder juntar a algunos en proyectos especiales, producciones propias, que la agenda lo permitiera. Sueño más con encuentros y complicidades que con nombres concretos.

Para terminar, ¿qué mensaje darías a quienes nos leen y están pensando en acercarse a Flamenco On Fire, ya sean de Pamplona, Viana, Tudela o de fuera?

Que disfruten, que se dejen emocionar, porque esa es la meta principal. Solo a través de la emoción podemos hacer que alguien se aficione al flamenco. Esa es la clave de nuestro trabajo, provocar emoción y, ojalá, pasión. Recordar además que junto a la música hay actividades paralelas, exposiciones, homenajes. No sólo es música: el festival también es fotografía —con la retrospectiva a Javier Fergo—, encuentro de pelota vasca, talleres para niños… Todo ello vertebra el espíritu del festival.

Flamenco On Fire vuelve a conquistar Navarra abrazando tradición, apertura, compromiso social y emoción. Una cita imprescindible para enamorarse del arte jondo desde el corazón norteño y plural de Pamplona.

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