El Grupo Municipal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona ha criticado con dureza la decisión del alcalde, Joseba Asiron, de posponer el cierre de la carretera de la Universidad de Navarra, al considerar que la medida “demuestra la falta de rigor en la gestión de esta actuación y le ha obligado a dar marcha atrás”.
Los regionalistas recuerdan que ya habían advertido de que el anuncio inicial del cierre se había realizado “sin estudios rigurosos, sin informes técnicos de las áreas municipales y sin un análisis serio de las consecuencias de desviar los 5.000 vehículos que circulan a diario por esta vía”.
“Asiron reconoce ahora que faltan informes de Conservación, Urbanismo y Seguridad Ciudadana. Eso mismo le dijimos desde el principio: una decisión de esta envergadura debía apoyarse en estudios completos, con simulaciones de tráfico, análisis de picos horarios y de posibles problemas en las calles colindantes, no en un anuncio político precipitado”, señalaron desde UPN.
“Desinformación a la ciudadanía”
El grupo foralista considera que el Ayuntamiento dispone de medios tecnológicos suficientes para prever los efectos de un cierre de este tipo en función de horarios, recorridos alternativos y flujos de circulación. “No entendemos por qué, teniendo herramientas técnicas de sobra, el alcalde ha preferido imponer su criterio de manera unilateral, sin datos que lo respalden”, añadieron.
A juicio de UPN, la forma de proceder del alcalde ha generado “una clara desinformación” en la ciudadanía. “Primero se anuncia a bombo y platillo el cierre inmediato de la carretera, sin explicar sus consecuencias ni la gestión del tráfico desviado, y ahora se rectifica porque no existen informes que lo avalen. Esto no solo es una muestra de falta de rigor, sino también una manera de confundir a los pamploneses, que no saben a qué atenerse”, remarcaron.
Exigen planificación y consenso
Por todo ello, los regionalistas insisten en que antes de adoptar decisiones de movilidad de este calado se deben estudiar todas las alternativas y detallar sus efectos en zonas ya saturadas como la avenida de Navarra o las calles de Iturrama.
“Pamplona necesita un alcalde que planifique, que escuche a los técnicos y que piense en el interés general, no uno que improvise medidas de gran calado para después tener que rectificar”, concluyeron desde el grupo municipal.