El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, dirigido por Pablo Bustinduy, ha lanzado una seria advertencia tras analizar el impacto del juego en la población escolar. Según los datos de la Encuesta ESTUDES —elaborada por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones— más de la mitad de los estudiantes de entre 14 y 18 años afirma no haber recibido formación sobre los riesgos de las apuestas en el ámbito educativo.
El estudio, evaluado por la Dirección General de Ordenación del Juego, revela que apenas el 48,4% de los jóvenes encuestados ha recibido información sobre las consecuencias del juego, una cifra muy inferior a la formación en otros ámbitos como el uso de nuevas tecnologías (74%) o el consumo de drogas legales (72,3%).
La encuesta constata, además, que un 19,8% de los estudiantes ha jugado con dinero en alguna ocasión, en su mayoría en entornos presenciales (16,6% frente al 9% online). La incidencia crece con la edad: mientras que a los 14 años el 13% admite haber jugado de manera presencial, el porcentaje escala hasta el 19,5% a los 17 años, con mayor prevalencia entre los chicos (26,8%) que entre las chicas (12,6%). El informe alerta asimismo sobre un inicio temprano en estas prácticas, con una edad media de comienzo situada en los 13,9 años.
En cuanto a la frecuencia y el gasto, dos tercios de quienes admiten jugar (62,5%) lo hacen de manera anual y la mayoría no gasta más de seis euros en un solo día (63,2%). No obstante, el 3,7% de los jóvenes presenta indicadores de juego problemático, con una clara brecha de género: los hombres triplican la prevalencia (5,5%) respecto a las mujeres (1,9%).
El análisis identifica a los juegos de tipo III —apuestas, máquinas de azar y juegos de cartas— como los de mayor riesgo: un 26% frente al 19% en loterías y quinielas (tipo I) y al 18% en loterías instantáneas y bingo (tipo II). Entre las modalidades más peligrosas se encuentran las apuestas hípicas, en eSports y las máquinas de azar, donde la peligrosidad aumenta con la frecuencia y el dinero invertido.
Para el Ministerio, este informe supone una herramienta clave en la detección temprana de riesgos, con el objetivo de reforzar la prevención y evitar que las prácticas de juego se conviertan en una amenaza para la salud y el desarrollo de los menores.