El Observatorio de Sostenibilidad (OS) ha hecho público el informe “Infraestructuras críticas inundables en España”, en el que se detalla la localización y clasificación de servicios esenciales situados en zonas con riesgo de inundación. En el caso de Navarra, el estudio identifica 187 puntos críticos —entre ellos residencias de mayores, escuelas, instalaciones industriales y servicios de emergencia— situados dentro de la denominada lámina de inundación de 500 años, es decir, áreas con una probabilidad anual del 0,2% de sufrir una riada.
Aunque estos eventos se consideran de “baja probabilidad”, el director del OS, Fernando Prieto, recuerda que “en la DANA de 2024, 16.000 hectáreas que se inundaron quedaban fuera de esta lámina”, lo que demuestra que el riesgo real supera las previsiones teóricas.
Centros educativos y residencias, entre los más expuestos
El informe revela que las instalaciones que atienden a población vulnerable son especialmente numerosas en zonas de riesgo: 19 residencias de personas mayores, 28 escuelas, 13 centros de educación infantil, una escuela de educación especial y cuatro cámpings se encuentran dentro de áreas inundables.
En materia de seguridad y emergencias, el OS identifica dos parques de bomberos y 13 instalaciones de la Guardia Civil afectadas por esta situación.
En cuanto al ámbito medioambiental, figuran 37 estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) y seis instalaciones con material radiactivo.
A ello se suman 29 instalaciones industriales, 10 infraestructuras energéticas y 25 relacionadas con el suministro de agua.
En total, el número de infraestructuras críticas ubicadas en zonas inundables asciende a 187 en toda la Comunidad Foral.
Cambios climáticos y ocupación de cauces
El especialista ambiental Julen Rekondo, de la Fundación Clima/Klima Fundazioa, advierte de que Navarra “no es ajena a la tendencia global de incremento de fenómenos extremos”, con precipitaciones más irregulares y episodios de lluvias torrenciales más frecuentes.
Además, señala que “la ocupación de riberas y llanuras de inundación por edificaciones e infraestructuras reduce drásticamente la capacidad natural de desagüe de los ríos y expone a la población a mayores riesgos”.
Recomendaciones del Observatorio
El Observatorio de Sostenibilidad propone reforzar los sistemas de alerta temprana, estableciendo “protocolos claros y estrictos de cumplimiento preventivo”, e introducir una medida innovadora: una etiqueta de calificación de infraestructuras críticas frente al riesgo de inundación, que permita conocer el grado de exposición de cada instalación.
Asimismo, el informe aboga por detener nuevas construcciones en zonas de riesgo, revisar los planes urbanísticos y retraer las áreas edificadas en los núcleos más vulnerables. Desde el OS defienden una gestión integral de las cuencas hidrográficas mediante soluciones basadas en la naturaleza, como la creación de llanuras de inundación previas a los municipios. Estas, según Prieto, “permiten que el agua llegue más remansada, a diferencia de los cauces canalizados, donde la fuerza del agua puede arrasar con todo”.
Finalmente, el Observatorio insiste en que toda planificación territorial debe realizarse “con el nuevo escenario climático en mente”, evitando repetir errores del pasado: “No podemos seguir construyendo barrios en zonas inundables, como sigue ocurriendo en València y otras áreas costeras”, concluye Fernando Prieto.




