El consejero de Salud del Gobierno de Navarra, Fernando Domínguez, ha reconocido en una respuesta parlamentaria ante una pregunta de Txomin Gonzalez, parlamentario de EH Bildu, que no existe en la Comunidad Foral un registro que recoja la totalidad de trabajadores cuyas patologías de origen laboral no fueron atendidas por las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social. Pese a la ausencia de este sistema, los datos del Programa de Vigilancia Epidemiológica en Salud Laboral, gestionado por el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN), permiten estimar al menos un millar de casos atendidos por el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea en 2024 y otros 500 hasta junio de 2025.
Según Domínguez, las mutuas pueden dejar sin atención a un trabajador por tres motivos: la negación del origen laboral de la patología, la falta de emisión del volante de asistencia por parte de la empresa o la no solicitud de dicho volante por parte del propio trabajador. En todos estos supuestos, el afectado acaba siendo atendido por la sanidad pública navarra.
Entre las patologías declaradas como sospecha de enfermedad profesional, destaca de forma contundente el peso de las lesiones osteomusculares, que representan más del 90% del total tanto en 2024 como en 2025. Se trata fundamentalmente de tendinitis, lesiones del manguito rotador, síndrome del túnel carpiano y otras afecciones derivadas de movimientos repetitivos y sobrecargas físicas. En mucha menor proporción aparecen las patologías dermatológicas y los trastornos de la voz, mientras que los problemas de origen respiratorio apenas suponen unos pocos diagnósticos anuales.
La respuesta de las mutuas ante las derivaciones realizadas por Osasunbidea revela un comportamiento repetido: en 2024 solo el 21% de los casos fueron aceptados, mientras que casi un tercio fueron rechazados y otro tercio ni siquiera obtuvo respuesta. Durante los primeros seis meses de 2025 la situación empeora, con un nivel de aceptación que cae al 17% y un incremento en los rechazos. A ello hay que sumar los casos en los que la atención no se produce porque la empresa no emite el volante de asistencia o porque el propio trabajador no llega a solicitarlo.
Dentro de los problemas de salud relacionados con el trabajo pero no clasificados como enfermedad profesional, también aparece un volumen significativo de accidentes laborales sin reconocimiento por parte de las mutuas. En 2024 estos supusieron en torno a una quinta parte de los casos del grupo B, cifra que ascendió a casi el 28% durante la primera mitad de 2025, debido tanto a la negativa a admitir la relación con el accidente como a la falta de documentación proporcionada por la empresa.
Domínguez reconoce finalmente que Osasunbidea carece de una herramienta específica que permita determinar de manera objetiva el origen laboral de las patologías atendidas, lo que obliga a apoyarse en las declaraciones voluntarias de profesionales sanitarios y trabajadores. La información se dio a conocer este lunes en el Boletín Oficial del Parlamento de Navarra.
