En Almazán, donde el otoño huele a tierra mojada y brasas antiguas, el cocinero estellés Iban Garin, del restaurante BiEnara, firmó ayer una gesta que ya queda grabada en la memoria culinaria de nuestra ciudad. Su creación, ‘Arima’, se alzó con el título de Chef Medieval 2025 en el XVII Concurso Internacional del Pincho Medieval, organizado por la Red de Ciudades y Villas Medievales. Un triunfo con alma… y con raíces.
‘Arima’: un bocado narrado en primera persona
No es casual que ‘Arima’ signifique “alma” en euskera. La tapa ganadora hiló un discurso culinario íntimo —un homenaje al padre del chef, Jesús Garín— mediante una armonía de conejo a la brasa y confitado, duxelle de portobello y trufa, papada ibérica ahumada, pasta filo crujiente, chutney de higo negro y un elegante cremoso de remolacha.
Técnica, emoción y equilibrio. Y todo ello sin perder ese gesto medieval que exige el certamen.
“Estoy muy emocionado. Llevarme el trofeo para Estella-Lizarra es enorme para mí”, confesó Garin con la chaquetilla aún vibrando de aplausos. “Este pincho se lo dedico a mi padre… y a mi familia”.
El jurado elogió la “coherencia total entre historia, sabor y verosimilitud”, según destacó su portavoz, Ángel Manzano. Para la alcaldesa de Estella-Lizarra, Marta Ruiz de Alda, el estellés “ha brillado con un trabajo impecable”.
Irisarri y Medrano: talento que también dejó huella
El segundo premio viajó a Hondarribia de la mano de Gorka Irisarri, con unas sabrosas y teatrales ‘Delicias del bufón’.
Pero la ovación más larga, esa que nace en el estómago y acaba en el corazón, fue para Julia Medrano, del Hotel Villa de Almazán. A sus 81 años, consiguió por primera vez el Premio a la Originalidad con su tapa ‘La vida es un carnaval’, un delicado juego de bogavante, bacalao al pilpil, brotes, setas locales y una sutil emulsión de vino.
“Puede que sea mi última vez… o puede que no”, dijo entre risas y emoción. “Mientras tenga fuerzas, seguiré cocinando y representando a Almazán”.
El alcalde adnamantino, Jesús Cedazo, le dedicó un homenaje sentido: “Julia es el alma de este concurso y el alma de Almazán”.
Una edición marcada por la hermandad… y 2.500 bocados medievales
La teniente de alcalde de Hondarribia y presidenta de la Red, Estitxu Urtizberea, celebró la fuerza cultural del certamen: “Aquí todos hablamos el mismo lenguaje: el de un territorio que cocina su historia”.
La villa soriana vivió una jornada intensa y alegre, con un ambiente inmejorable y una Ruta del Pincho Medieval que apunta a rozar las 2.500 tapas servidas.
Junto a los tres premiados, completaron la nómina de participantes Cristian Solana (Laguardia), Rubén Urbano (Sigüenza), Trinidad Sánchez (Valencia de Alcántara) y José Mário Magalhães (Marvão), todos ellos reconocidos con diploma y chaquetilla oficial.
Este XVII Concurso Internacional se despide dejando una certeza: cuando la historia se sirve en pequeño formato y se cocina con sensibilidad contemporánea, el pasado nunca ha sabido tan bien.
La Red Medieval
La Red de Ciudades y Villas Medievales integra a siete municipios de España y Portugal —Almazán, Estella-Lizarra, Hondarribia, Valencia de Alcántara, Laguardia, Marvão y Sigüenza— unidos por su patrimonio histórico.
Promueve su legado a través de iniciativas que enlazan arquitectura, tradición y gastronomía, como el Certamen Internacional de Pinchos y Tapas Medievales o el proyecto deportivo Red-Corriendo el Medievo, además del ciclo musical En Clave de RE-D.
