La Sección Segunda de la Audiencia de Navarra ha impuesto 9 años de prisión a un vecino de Pamplona por intentar traficar con casi 5 kilos de cocaína, una cantidad que el tribunal considera de notoria importancia y cuyo valor en el mercado ilícito superaría el medio millón de euros vendida por gramos, o más de 1,1 millones de euros en dosis.
El condenado, de 44 años y con cuatro antecedentes por delitos contra la salud pública, actuó —según la sentencia— de forma reincidente, lo que le supone la agravante de multirreincidencia. El fallo, que todavía puede recurrirse ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, atribuye al acusado un delito contra la salud pública por tráfico de sustancias que causan grave daño.
Dos años para la esposa y absolución para una tercera acusada
La Audiencia también ha condenado a 2 años de prisión a la esposa del inculpado, de 36 años, por el mismo delito pero en grado de tentativa, al considerar probado que acudió al lugar donde la droga estaba escondida con la intención de continuar con la venta. No obstante, el tribunal subraya que no existen pruebas de que participara en la adquisición ni en el ocultamiento inicial de la sustancia.
Por su parte, una tercera mujer que fue procesada ha resultado absuelta al no quedar acreditado que realizara funciones de vigilancia. La fiscalía había solicitado inicialmente 9 años de cárcel para el principal acusado y 6 años para cada una de las dos mujeres.
Un alijo oculto en un cuarto de mantenimiento
La investigación se remonta a enero de 2023, cuando la Policía Nacional recibió información de que el hombre, que debía ingresar en prisión el 17 de marzo para cumplir una pena anterior, había retomado la venta de cocaína en Pamplona y alrededores. Según relata la sentencia, los días previos a su ingreso viajó a Madrid para aprovisionarse de una importante cantidad de droga. Ya en Pamplona, la ocultó en el cuarto de calderas de un garaje comunitario en la Avenida de Guipúzcoa, un edificio en el que había residido durante una década.
El 31 de marzo, los agentes hallaron allí cinco paquetes precintados y un sexto ya abierto, con un total de 4.983,59 gramos de cocaína, con una pureza de entre el 75,3 y el 75,8 %. También encontraron un paquete con 57,73 gramos de ketamina y una báscula de precisión escondida bajo unas conducciones.
Días después, el 2 de abril, una nueva inspección permitió localizar 20 envoltorios con otros 18,83 gramos de cocaínapreparados para la venta.
La detención de las procesadas
El 3 de abril, ya con el hombre en prisión, su esposa acudió al garaje en busca de la droga. No la encontró —la Policía la había retirado— y abandonó el lugar junto a la otra acusada. Ambas fueron detenidas antes de poder salir del garaje.
Los posteriores registros en la vivienda y el trastero del matrimonio permitieron hallar distintos materiales vinculados con el tráfico de drogas: bolsas idénticas a las usadas en los paquetes intervenidos, una balanza de cocina con restos de cocaína, un sistema de envasado al vacío y rollos de alambre-plástico.
«Sin la más mínima duda razonable»
En su resolución, la Audiencia asegura que la implicación del principal acusado en el delito «no ofrece la más mínima duda razonable», apoyándose en las pruebas testificales, periciales y documentales practicadas durante el juicio celebrado el 15 de septiembre.
Respecto a la esposa, los magistrados admiten que conocía la existencia de la droga, pero destacan que no hay pruebas de que participara en la operación de adquisición y ocultamiento inicial, motivo por el que la condenan solo en grado de tentativa.
Sobre la acusada absuelta, el tribunal concluye que no está acreditado que realizara labores de vigilancia ni que formara parte del plan delictivo. La droga intervenida habría alcanzado un valor ilícito de 509.325 euros vendida por gramos y de 1.165.896 euros en dosis, según el cálculo recogido en la sentencia.






