Pedro Sánchez afronta este mediodía una de las comparecencias más delicadas de sus años en La Moncloa, con la tradicional rueda de prensa de balance de fin de año marcada por los escándalos de acoso y corrupción y por la expectativa de un inminente cambio en el Gobierno ante la salida de la ministra y portavoz Pilar Alegría, llamada a volcarse ya en su candidatura en Aragón.
Mientras el presidente insistió este domingo que no habrá una gran crisis de Gobierno y reivindica que el Ejecutivo “renta” a los ciudadanos pese a la inestabilidad parlamentaria, sus socios presionan por una remodelación profunda y el calendario autonómico le obliga, como mínimo, a relevar a una de sus principales figuras políticas y comunicativas





