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El profesorado del Conservatorio Superior de Música de Navarra denuncia un “entorno laboral tóxico” y pide soluciones

“El 42,4% del claustro sufre violencia psicológica frecuente en el trabajo” y el 77,9% del profesorado está en “riesgo muy elevado”

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  • Comparecencia en el parlamento -

El profesorado del Conservatorio Superior de Música de Navarra (CSMN) ha advertido este martes en una sesión de trabajo de la Comisión de Educación del Parlamento foral de un “panorama desolador” y de un entorno laboral “gravemente perjudicial para la salud” que calificó de “tóxico y de riesgo extremo” para la plantilla. Según expusieron, el informe de evaluación de factores psicosociales del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra describe una situación incompatible “con un centro integrado en el Espacio Europeo de Educación Superior”.​

Los docentes denunciaron que “no hay escucha real por parte de la administración competente” y que no se ha producido “ningún tipo de intervención institucional” pese a los datos de riesgo muy elevado recogidos en la evaluación. “Nuestra comparecencia no se basa en impresiones, sino en datos oficiales y objetivos que demuestran el malestar estructural que padece nuestro centro”, remarcaron.​

Datos del informe psicosocial: violencia, miedo y burnout

En su intervención inicial, la representación del profesorado detalló los principales indicadores del informe psicosocial, que calificó de “devastadores” para un centro superior de enseñanzas artísticas. El 42,4% del claustro declara sufrir violencia psicológica frecuente en el trabajo, mientras que el 50,9% se halla en riesgo muy elevado en el factor de relaciones y apoyo social.​

Asimismo, el 77,9% del profesorado se sitúa en riesgo muy elevado en participación y supervisión, “lo que refleja una gestión percibida como vertical, poco participativa y poco transparente”, y el 42,5% está en riesgo muy elevado por demandas psicológicas, con “altas exigencias emocionales, necesidad de ocultar sentimientos y miedo a expresar opiniones”. Un 33,8% presenta riesgo muy elevado por falta de interés y compensación, lo que el colectivo interpretó como “una vivencia generalizada de desvalorización profesional” que desemboca en “burnout o síndrome de desgaste profesional por estrés laboral crónico”.​

Críticas a la gestión: sanciones, expedientes y pérdida de autonomía

Los representantes del profesorado señalaron directamente a la política del Departamento de Educación y, “en particular, la actuación del inspector titular”, como “gravemente lesiva”. Denunciaron un uso “abusivo” de expedientes sancionadores, con aproximadamente un 10% del profesorado afectado y un “clima de miedo e indefensión” donde “notificar directamente una propuesta de apertura de expediente sancionador, en lugar de dialogar y escuchar, supone un proceder contrario a la obligación de velar por la buena convivencia”.​

También alertaron de una “pérdida efectiva de autonomía de centro” y de la “desvirtuación” de órganos como el claustro y el consejo de centro, que “no han sido oídos” en materias como sanciones o nombramientos sucesivos del equipo directivo. “El profesorado siente que no pinta nada en las decisiones que afectan a su trabajo, que sus propuestas se desprecian y que los órganos colegiados se ignoran”, resumieron.​

Burocracia, compatibilidades y trabas a la actividad artística

Otro de los focos de malestar descritos fue la “sobrecarga burocrática” y una interpretación “extrema” del principio de servicio cubierto. “Se exige recuperar absolutamente todo, incumpliendo en algunos casos la legislación laboral. ¿Se imaginan tener que recuperar un permiso sin sueldo?”, plantearon, criticando que se obligue a recuperar estancias Erasmus breves que en otros niveles educativos se consideran parte de la mejora pedagógica.​

Los docentes denunciaron que “cualquier actividad artística, investigadora o institucional que se hace en nombre del centro se considera en la práctica un problema”, mientras que la normativa de compatibilidad se aplica con un “protocolo rígido e inadecuado” que presenta la creación e investigación como “actividades prescindibles que nada tienen que ver con la docencia”. Recordaron que en el curso 2024-2025 se presentaron “más de 30 propuestas” de proyectos de investigación para agrupar docencia en cuatro días y “solo se aprobó una y a medias”.​

Ley 1/2024 sin desarrollar y modelo “inadecuado”

La representación docente acusó al Departamento de Educación de “ignorar la Ley 1/2024” al no reconocer ni acatar las funciones docente, artística e investigadora del profesorado, tal y como recogen sus artículos 51 y 57. A su juicio, la norma, que reconoce las enseñanzas artísticas superiores como un “pilar específico de la educación superior”, permanece “sin desarrollar en Navarra”, lo que mantiene al centro bajo “una visión especialmente restrictiva de la normativa de educación secundaria, ignorando el espíritu de la nueva ley”.​

El modelo actual, denunciaron, “penaliza” la investigación, la creación y la proyección internacional, hasta el punto de romper o dañar gravemente relaciones construidas durante años con entidades como la Orquesta Sinfónica de Navarra, la Pamplona u otros festivales y centros. Como ejemplo, citaron los últimos Encuentros de Pamplona, donde la “masa de trabas” administrativas acabó con la suspensión de una propuesta diseñada por el profesorado con tres compositores de prestigio internacional, lo que consideraron “una extraordinaria oportunidad perdida”.​

Temporalidad crónica y fuga de talento

El abuso de la temporalidad fue presentado como un “factor estructural” del malestar. Según los comparecientes, durante décadas el CSMN ha funcionado con tasas de interinidad del 70–80%, encadenando contratos temporales curso tras curso, en ocasiones “durante más de 20 años” y con docentes que hoy superan los 55–60 años.​

Criticaron que el Gobierno haya optado por convocar oposiciones que “no regularizan a las personas, sino a las plazas”, ignorando figuras jurídicas como la del fijo a extinguir, y denunciaron que “una vez más, se ha desoído a los trabajadores”, trasladando sobre ellos el coste de una situación generada por la falta de convocatorias periódicas. “En lugar de atraer talento, la administración lo que está haciendo es ahuyentándolo”, lamentaron, aludiendo a la marcha de profesores “de reconocido prestigio y carrera brillante” en piano, saxofón jazz o repertorio, cuya ausencia calificaron de “fuga de talentos” que deja “huérfanas” cátedras y merma la formación del alumnado.​

Propuestas: plan de choque, diálogo y “autonomía real”

Lejos de limitarse a la denuncia, el profesorado planteó un paquete de medidas que definió como “plan de choque específico” para el conservatorio en materia de riesgos psicosociales. Entre las propuestas, situaron la creación inmediata de un grupo de trabajo propio del centro, con mandato claro para aplicar las medidas del informe psicosocial “con plazos y seguimiento, comenzando por los factores con riesgo muy elevado”.​

Reclamaron además la adecuación del modelo de gestión a la naturaleza de la educación superior artística, “incluyendo la revisión de la actuación del servicio de inspección”, la reducción real de la temporalidad, el refuerzo de la movilidad Erasmus y la revalorización del profesorado. Como ejemplo concreto, propusieron “la creación de una bolsa de horas específica para la actividad artística institucional o de investigación” que permita cumplir el principio de servicio cubierto “pasando de penalizar la iniciativa a potenciarla”.​

Representatividad y llamadas a la rectificación

Durante el turno de réplica, varios portavoces parlamentarios cuestionaron la representatividad de la delegación docente. En respuesta, los comparecientes subrayaron que el texto se había redactado “de manera asamblearia” y que su elección se produjo también en asamblea, recordando que dos de ellos forman parte del consejo de centro.​

Uno de los docentes pidió además una rectificación expresa al portavoz socialista por haber asociado, según dijo, la reivindicación de criterios profesionales para compatibilizar funciones docente, artística e investigadora con el deseo de “trabajar menos” o de no garantizar la docencia. “Pretender generar una imagen y un discurso de que lo que quisiéramos es no trabajar o no dar las clases es absolutamente inadmisible”, afirmó, al tiempo que defendía que sus demandas nunca han cuestionado “que se asegure la garantía del servicio”.​

Posiciones de los grupos: entre el respaldo al departamento y la prudencia

La sesión dejó posiciones diferenciadas entre los grupos. La portavoz de Geroa Bai compartió la preocupación por la falta de equiparación del conservatorio a otros niveles superiores y reclamó medidas urgentes ante los riesgos detectados, subrayando que “un 42,4% percibe exposición frecuente o constante a situaciones de violencia psicológica”.​

El portavoz del PSN defendió con claridad la actuación del Departamento de Educación, del consejero y de la dirección del centro, al afirmar que “supervisar no es acosar, supervisar es dirigir” y advertir de que “la educación no se gobierna por pulsos ni por ultimátums”. Aseguró que se han concedido numerosos permisos para actividad artística externa y alertó de que “lo que no se puede pretender es que la compatibilidad signifique vaciar de contenido la obligación principal, que es la docencia”.​

Llamamientos a la prudencia y al desarrollo de la ley

Desde Contigo Navarra, se abogó por la “prudencia” y por abrir una interlocución con el Departamento de Educación y las organizaciones sindicales, reconociendo la gravedad de términos como “contexto laboral tóxico” y la necesidad de “fortalecer y dar solución a la coyuntura del centro”. EH Bildu, en una intervención parcialmente en euskera, insistió en la importancia de abordar la salud laboral con herramientas especializadas y en adaptar la normativa a la especificidad de las enseñanzas artísticas superiores.​

UPN subrayó que la base del conflicto está en la aplicación de una normativa de secundaria “totalmente inadecuada” a unas enseñanzas superiores, y advirtió de que, sin respeto al desarrollo profesional artístico, Navarra corre el riesgo de quedarse solo con “una escuela de música superior” en lugar de un conservatorio de calidad contrastada. El PP, por su parte, reclamó escuchar también al consejero, cuestionó la “falta de diálogo” del departamento y se mostró dispuesto a apoyar medidas de estabilización y a promover iniciativas parlamentarias que obliguen a Educación a sentarse con el profesorado.​

Al cierre de la sesión, los docentes insistieron en que “la energía en el centro es muy negativa” y que “se trabaja mal”, y reivindicaron el diálogo real como única vía de salida. “Lo hacemos por nuestro bienestar, sí, pero sobre todo por la calidad de la enseñanza y por el futuro de nuestro alumnado”, concluyeron, reclamando a la Cámara que esté “a la altura de la ambición cultural” que dio origen al Conservatorio Superior de Música de Navarra

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