La cumbre entre Donald Trump y Vladímir Putin celebrada en Alaska concluyó sin alcanzar un acuerdo de alto el fuego para Ucrania, aunque ambos mandatarios mostraron posturas conciliadoras e incluso un inusual tono cordial en la puesta en escena. La reunión, fue vista más como un intento de reiniciar la diplomacia entre ambos países que un avance concreto hacia la paz.
Trump calificó el encuentro de “productivo”, aunque admitió que “no hay acuerdo hasta que hay acuerdo”, enfatizando que si Putin no cedía, él “se marcharía del encuentro”. La Casa Blanca, a través de la portavoz Karoline Leavitt, restó importancia al evento y lo denominó un “ejercicio de escucha para el presidente”. Horas después, Trump conversó telefónicamente con el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, y con líderes de la OTAN, según informó la Casa Blanca.
Por su parte, el Kremlin describió la reunión como constructiva y Putin se mostró dispuesto a seguir el diálogo en Moscú, recalcando que la raíz del conflicto debe ser resuelta y que Rusia está “sinceramente interesada en poner fin a la guerra”, pero volvió a condicionar cualquier solución a la aceptación de demandas ya conocidas: reconocimiento de Crimea y otras regiones ocupadas como rusas y la neutralidad de Ucrania, lo cual sigue siendo inaceptable para Kiev.
Perspectivas de medios internacionales
Medios como la BBC subrayan que la cumbre fortaleció la imagen de Putin como actor diplomático en Occidente después de años de aislamiento, pese a que Rusia continuó con ataques militares en Ucrania mientras se celebraba la cumbre. Analistas consultados por Atlantic Council destacan que Putin se mantuvo intransigente y que, si no ofrece concesiones reales, Trump no debería avanzar en acuerdos bilaterales que excluyan a Kiev.
Reacciones oficiales de Ucrania
La reacción desde Ucrania fue de preocupación. Zelensky, antes de la reunión, insistió en que Kyiv debe estar presente en cualquier negociación sobre su futuro y recalcó la necesidad de contar con un apoyo firme de Washington. Desde canales oficiales ucranianos, la exclusión de Ucrania en la mesa principal genera el temor de que se tomen decisiones a puerta cerrada que puedan socavar su soberanía.
La reunión en Alaska se salda sin avances tangibles en el frente de Ucrania y levanta preguntas sobre la capacidad real de Trump y Putin para liderar un proceso de paz.
La escena, calificada por la BBC y CNN de “ambigua” y carente de resultados, sí ha supuesto el retorno de Putin al escenario occidental y ha dejado inquieto al gobierno ucraniano por la posibilidad de conversaciones sobre su país sin su representación directa.