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El valor de la formación práctica en los talleres de hoy

En los talleres de automoción se repite una misma necesidad: faltan manos preparadas.Cada vez cuesta más encontrar personal cualificado, y no porque falte...

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En los talleres de automoción se repite una misma necesidad: faltan manos preparadas.

Cada vez cuesta más encontrar personal cualificado, y no porque falte interés, sino porque el oficio ha cambiado. Los vehículos modernos siguen necesitando la destreza de siempre, pero también una formación más completa, que combine práctica, conocimiento técnico y seguridad.

Hoy, quien quiere trabajar en un taller necesita algo más que intuición: debe conocer las herramientas, entender los procesos y aprender a desenvolverse en un entorno profesional. Y eso solo se consigue con formación práctica desde el inicio, a través de un buen curso de mecánica que enseñe paso a paso cómo desenvolverse en el día a día de un taller.

Por eso han cobrado tanta importancia las escuelas que ofrecen programas dirigidos a personas sin experiencia, con la posibilidad de obtener un certificado de aprendiz que facilite su inserción laboral. Centros como Automotiva, por ejemplo, colaboran con talleres y concesionarios para que los alumnos puedan practicar con vehículos reales y aprender bajo la supervisión de profesionales.

Su oferta incluye tres de las especialidades más demandadas por los talleres:

Electromecánica del automóvil, que enseña a realizar tareas de mantenimiento y reparación mecánica.

Chapa y pintura, centrada en la restauración y el acabado de vehículos.

Electromecánica de motos, ideal para quienes prefieren el mundo de las dos ruedas.

Más allá del título, lo importante es que la formación responde a lo que realmente piden las empresas: personas resolutivas, con buena base técnica y actitud profesional.

El trabajo en un taller sigue siendo una de esas profesiones donde se aprende con las manos, la práctica y el tiempo. Pero hoy, gracias a una formación más estructurada y cercana a la realidad laboral, cada vez son más los jóvenes que pueden dar sus primeros pasos con una preparación sólida y una oportunidad clara de futuro.

Porque, en el fondo, el oficio de mecánico no ha perdido su esencia: sigue siendo trabajar con precisión, cuidar los detalles y disfrutar de ver un motor volver a la vida.

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