El primer aniversario de la devastadora DANA que asoló la Comunitat Valenciana se ha conmemorado este miércoles con un solemne funeral de Estado en el Museu Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, al que han acudido los Reyes, el presidente del Gobierno y representantes de las principales instituciones del país, junto a cientos de familiares de las víctimas mortales.
Sin embargo, la unidad mostró sus fisuras nada más aparecer Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, a quien decenas de familiares han recibido con gritos de "asesino", "cobarde" y "sinvergüenza", exhibiendo fotografías de sus seres queridos y camisetas en las que se podía leer el mensaje: “Eren morts evitables”. Estos reproches ponen de manifiesto el rechazo de las víctimas a la presencia de Mazón en un acto que consideraban debía ser exclusivamente para el recuerdo y la dignidad de quienes fallecieron en la tragedia.
La Asociación de Víctimas Mortales de la DANA había pedido en reiteradas ocasiones que Mazón no acudiera al acto, al considerarle máximo responsable político de lo sucedido hace un año: “No queremos que vaya Mazón. No tiene sentido que esté presente en el homenaje a los que no supo proteger”, señalaba Rosa Álvarez, presidenta de la Asociación, subrayando que la petición de las familias fue trasladada a los organizadores oficiales.
Pese a estas demandas, Mazón hizo presencia en el funeral, lo que intensificó el malestar y generó momentos de especial tensión minutos antes de que comenzara la ceremonia. La situación solo se calmó cuando hicieron su entrada los Reyes Felipe VI y Letizia, quienes rompieron el protocolo para conversar directamente con algunas de las familias afectadas, ofreciendo un gesto de cercanía que fue recibido con aplausos y emoción contenido. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también asistió al acto, marcado por la emoción de los discursos de familiares y la reivindicación silenciosa de justicia y responsabilidad pública.
Durante su intervención, el rey Felipe VI subrayó la necesidad de actuar con “rigor y serenidad” para que tragedias como ésta no se repitan, en línea con el sentir y la exigencia de muchos de los presentes que, un año después, siguen esperando verdad y reparación.
La jornada deja patente la herida abierta en la sociedad valenciana y el profundo dolor de las familias, que quisieron que el aniversario de sus seres queridos fuese un evento de recuerdo y dignidad, lejos de cualquier protagonismo político que, como el de Mazón, consideran que solo agrava la sensación de abandono e injusticia





