En el torbellino de nombres que suenan para suceder a Francisco, la figura del cardenal navarro Xabier Bustillo, actual obispo de Ajaccio (Córcega), emerge como una de las más originales y carismáticas, aunque no está entre los grandes favoritos según las casas de apuestas internacionales. Sin embargo, su perfil y su fulgurante ascenso han generado una auténtica “Bustillomanía” en Francia y una expectación creciente en España y el Vaticano.
Un perfil singular: de Pamplona a Córcega, pasando por Roma
Nacido en Pamplona en 1968, Bustillo fue ordenado sacerdote en 1994 y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Francia, donde cofundó el convento de San Buenaventura en Narbona y fue superior provincial de los Franciscanos. En 2021, el Papa Francisco lo nombró obispo de Ajaccio y, dos años después, lo elevó a cardenal, un gesto que evidenció la sintonía personal e ideológica entre ambos.
Su estilo es el de un franciscano de a pie: cercano, campechano, defensor de una Iglesia menos dogmática y más presente en la vida cotidiana de la gente. Es trilingüe (español, francés, italiano), y ha destacado por su defensa del diálogo interreligioso, especialmente con el Islam, muy presente en su diócesis.
Popularidad y carisma: el fenómeno “Bustillomanía”
En Francia, su figura ha traspasado el ámbito eclesial para convertirse en un fenómeno mediático. La prensa gala lo ha apodado “el próximo Papa” y su popularidad se disparó tras lograr que Francisco visitara Córcega en diciembre de 2024, prefiriendo su invitación a la reapertura de Notre Dame de París. Su capacidad de movilización quedó patente cuando 800 corsos viajaron al Vaticano para acompañarle en su elevación al cardenalato.
¿Qué dicen las apuestas y los expertos?
Pese a su creciente notoriedad, Bustillo no aparece entre los grandes favoritos en las principales casas de apuestas, que siguen situando a Parolin, Tagle o Zuppi en cabeza. Las razones son varias: su juventud (56 años, cuando tradicionalmente se buscan papas de más de 65 o 70 años para evitar pontificados excesivamente largos), su escasa experiencia en la Curia romana y el hecho de no haber dirigido una archidiócesis de gran peso.
No obstante, su influencia en el cónclave será notable: tiene voto, discurso y una red de apoyos tanto en Francia como entre los cardenales hispanohablantes. Además, su perfil “unificador” y moderado encaja con el deseo de muchos cardenales de encontrar un Papa que reconcilie las distintas sensibilidades de la Iglesia tras un periodo de tensiones internas.
Ideología y visión de Iglesia
Aunque es considerado “progresista” por su cercanía a Francisco, Bustillo es en realidad un reformista moderado. No comparte algunas de las propuestas más rupturistas del Papa argentino (como la bendición de parejas homosexuales o el sacerdocio femenino), pero sí apuesta por una Iglesia que vuelva a las calles y recupere la piedad popular. Sus libros, uno de ellos prologado por Francisco, insisten en la necesidad de sacerdotes-testigos, más que funcionarios, y en una fe vivida con alegría y autenticidad.
Conclusión: ¿realmente papable?
Las posibilidades de Bustillo de ser elegido Papa en este cónclave son reducidas según los pronósticos y la tradición vaticana, pero su nombre ilusiona a quienes sueñan con una Iglesia más cercana, sencilla y dialogante. Su juventud puede jugar en su contra, pero su carisma, su perfil internacional y su capacidad de tender puentes le aseguran un papel relevante en la elección del próximo pontífice y en el futuro de la Iglesia católica.
Como tituló recientemente la prensa francesa: “Córcega tuvo un emperador, ahora sueña con tener un Papa”. Y, quién sabe, tal vez Pamplona también.