La Plaza Consistorial de Pamplona ha sido esta mañana el escenario de una impactante protesta organizada por AnimaNaturalis y PETA, que, en plena víspera del primer encierro de Sanfermines, han lanzado un contundente mensaje: «Tauromaquia es pecado». Con esta declaración, los colectivos animalistas no solo han denunciado el maltrato animal en las corridas de toros, sino que han querido subrayar la contradicción moral que, aseguran, supone que una institución religiosa como la Casa de Misericordia —organizadora de los encierros y las corridas— impulse espectáculos que, históricamente, han sido incluso condenados por la propia Iglesia.
Más de un centenar de activistas se han concentrado frente al Ayuntamiento para visibilizar su rechazo a lo que consideran una práctica “violenta, anacrónica y en decadencia”. La protesta ha recordado que bulas papales como De Salute Gregis Dominici, del Papa Pío V en 1567, ya calificaban las corridas como “espectáculos vergonzosos” y propias “no de hombres, sino de demonios”.
“Es inaceptable que una institución de carácter benéfico como la Casa de Misericordia se lucre con el sufrimiento de seres sintientes, cuando su razón de ser es precisamente la compasión”, ha declarado Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España. “Hoy decimos alto y claro que la tauromaquia no solo es una crueldad, es una incoherencia ética y espiritual”, ha añadido.
La acción, de alto simbolismo, llega además en un momento clave: el último día para participar en la consulta ciudadana organizada por el Ayuntamiento de Pamplona, que pregunta directamente a la ciudadanía sobre su aceptación o rechazo a encierros y corridas. Declaraciones recientes del alcalde, Joseba Asiron, apuntaban a un futuro sin corridas de toros, reconociendo que “nadie se imagina un ocio basado en el sufrimiento animal”.
Los datos, aseguran desde AnimaNaturalis, confirman ese cambio de sensibilidad. Solo un 5,8 % de la población asiste a corridas, según el Ministerio de Cultura, y el último estudio de la Fundación BBVA concluye que el 77 % de los españoles está a favor de su abolición. Además, la valoración media de la tauromaquia ha caído hasta un 1,8 sobre 10.
Pese a ello, denuncian, Navarra sigue siendo una de las comunidades con más festejos taurinos. En 2020, el Gobierno foral destinó 750.000 euros en ayudas al toro bravo, y aún hoy se mantienen contratos importantes en municipios como Tafalla. “La paradoja es sangrante: se invierten recursos públicos en una práctica que la mayoría rechaza. Ya no hay justificación cultural, moral ni económica”, ha sentenciado Gascón.
Con el respaldo de decenas de entidades colaboradoras y bajo el lema «Tauromaquia es pecado», la protesta de hoy ha sido, para sus organizadores, un acto de denuncia pero también de esperanza: la de unos Sanfermines futuros sin sangre ni sufrimiento.