La entrada en vigor de la Ley Verifactu supone un cambio estructural en la forma de facturar en España. A partir del 2026, todas las empresas y profesionales obligados a emitir facturas deberán adaptarse al nuevo sistema de facturación electrónica, enviando información de cada operación directamente a la Agencia Tributaria (AEAT) si se adopta la modalidad Verifactu. Esta normativa afectará a todas las empresas incluyendo a autónomos y pymes, introduciendo nuevas exigencias tecnológicas que no se pueden pasar por alto.
La finalidad de Verifactu es reforzar el control tributario, evitar el fraude y aumentar la transparencia en las operaciones comerciales. Sin embargo, este cambio no es solo una obligación fiscal. Se presenta como una oportunidad para modernizar los sistemas de gestión, optimizar procesos y ganar en eficiencia operativa.
Cumplimiento normativo y digitalización: un camino conjunto
La normativa Verifactu exige cumplir con una serie de requisitos técnicos que van más allá de la simple emisión de facturas electrónicas. Uno de los elementos clave es la inmutabilidad de los registros. Esta integridad puede asegurarse a través de dos modalidades que están permitidas por el reglamento: la Modalidad Verifactu que requiere el envío de la factura una vez sea emitida y la Modalidad No Verifactu que si bien no exige el envío inmediato de la factura si requiere de otras medidas de seguridad que debe cubrir el proveedor del software de facturación para mantener la integridad del documento.
Estas exigencias pueden generar incertidumbre en los negocios que todavía no han adaptado su tecnología, pero también abren la puerta a una transformación más profunda. Cumplir la ley es el primer paso; el verdadero valor reside en aprovechar este proceso para implantar herramientas que mejoren la rentabilidad y la eficiencia de la empresa.
¿Para qué sirve implementar un sistema de facturación Verifactu?
La implantación de un software Verifactu no debe limitarse al cumplimiento mínimo de la ley. Incorporar un sistema integral aporta beneficios clave para la operativa diaria de cualquier negocio. En primer lugar, garantiza el cumplimiento automático de la normativa, ya que el sistema se encarga de asegurar que cada factura cumple con los requisitos legales de inmutabilidad y trazabilidad, evitando errores que puedan derivarse de un mal proceso administrativo. Además, mejora el flujo de caja, puesto que un sistema avanzado no solo gestiona la facturación, sino que también alerta sobre las facturas pendientes de cobro, lo que facilita la gestión financiera y ayuda a mantener la liquidez del negocio.
Otro aspecto fundamental es el control real de la rentabilidad. Integrar la facturación con la gestión de proyectos, obras o clientes permite conocer con precisión dónde se generan los beneficios y qué áreas requieren ajustes, lo que aporta una visión global del negocio. A esto se suma la automatización de procesos, ya que la digitalización obligatoria abre la puerta a reducir tareas manuales y repetitivas, liberando tiempo y recursos que pueden dedicarse a la estrategia empresarial. Este avance tecnológico convierte la factura electrónica obligatoria en una oportunidad de mejora operativa.
Claves para elegir el software adecuado
Seleccionar el sistema correcto es esencial para obtener el máximo rendimiento de esta transición. Un buen software Verifactu debe ser fácil de integrar en el flujo de trabajo habitual, adaptable al tipo de negocio, escalable en función del crecimiento y contar con soporte especializado. Además, debe permitir una gestión completa, uniendo facturación, control de cobros, análisis de rentabilidad y automatización de tareas en una única plataforma.
Con esta visión, herramientas como Fixner ofrecen una solución global que no solo garantiza el cumplimiento de la Ley Verifactu y de la factura electrónica obligatoria, sino que ayudan a transformar la gestión diaria en un proceso más eficiente, rentable y alineado con las exigencias tecnológicas actuales.