Tres agentes de la Policía Nacional salvaron la vida de un bebé de un año que convulsionaba en brazos de su padre en un dramático episodio ocurrido en la Comisaría del Actur, Zaragoza. La rápida intervención de los policías fue clave para estabilizar al menor hasta la llegada de los servicios sanitarios.
El pasado 29 de julio, alrededor de las 21:30 horas, un padre desesperado irrumpió en la Comisaría del Actur con su hijo semiconsciente, suplicando auxilio. El pequeño, de apenas un año, sufría convulsiones, lo que generó una respuesta inmediata de los agentes presentes.
Dos policías de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), que estaban en el exterior del edificio, acudieron al instante al ver al hombre en estado de pánico. Uno de ellos tomó al bebé, colocándolo en posición de seguridad, mientras el otro solicitaba una ambulancia al 091. El jefe de la Oficina de Denuncias se sumó a la intervención, y los tres aplicaron maniobras de primeros auxilios para mantener con vida al menor.
Mientras tanto, otros agentes asistían a los padres, desbordados por la angustia, ofreciéndoles apoyo en esos momentos críticos. El bebé llegó a perder el conocimiento, lo que llevó a los policías a emplear técnicas de estimulación para recuperar su respuesta. Tras varios minutos de intensa actuación, el menor comenzó a respirar por sí solo.
Minutos después, una ambulancia del 061 llegó al lugar y los sanitarios estabilizaron al niño antes de trasladarlo al Hospital Infantil Miguel Servet, donde fue atendido de urgencia. Tras varias horas en observación, el pequeño recibió el alta médica.
Los padres, profundamente agradecidos, destacaron la rápida y humana actuación de los agentes. “Sabía que allí podrían salvarle la vida, y así fue”, afirmó el padre, quien corrió a la comisaría al ver a su hijo convulsionar en la calle.
