La 26ª edición del Festival de Teatro de Olite concluyó el domingo 3 de agosto de 2025, dejando un balance muy positivo con 8.250 asistentes que disfrutaron de una programación diversa y comprometida. Esta edición, organizada por la Dirección General de Cultura - Institución Príncipe de Viana y la Fundación Baluarte, se destacó por la calidad de las propuestas y la implicación de la comunidad.
Durante tres semanas, Olite se transformó en un punto de encuentro para artistas, vecinos y visitantes, con más de 48 actividades que incluyeron grandes producciones escénicas, propuestas participativas, talleres formativos y encuentros con la prensa especializada. El festival también se extendió a localidades como Tafalla, Beire, San Martín de Unx y Pitillas, consolidando su carácter multidisciplinar.
Propuestas inclusivas y colaboraciones internacionales
La programación incluyó 40 funciones de música, danza, circo, clown, performance y teatro, con la participación de 27 compañías de Argentina, Andalucía, Galicia, Cataluña, Madrid y la Comunidad Autónoma Vasca, además de Navarra. Quince de estas propuestas fueron creadas, escritas o dirigidas por mujeres, destacando el compromiso del festival con la igualdad de género. Además, se realizaron funciones accesibles para personas con discapacidad visual y auditiva.
En La Cava, las funciones de «El bar nuestro de cada día» y «Las bingueras de Eurípides» completaron el aforo, mientras que otras obras como «Los brutos», del Centro Dramático Nacional, y «Mihura, el último comediógrafo», de Nave10 Matadero, también registraron una excelente asistencia. Fuera de este espacio, el espectáculo comunitario «La velocidad de la luz» de Marco Canale fue particularmente exitoso, atrayendo a una multitud de espectadores.
Interacción con el público y talleres formativos
El festival no solo se centró en las representaciones, sino que también ofreció talleres formativos que agotaron sus plazas. Entre ellos, «Olite, mírame a mí» con Alessandra García y «Liderazgo de grupos y proyectos y autogestión» con Mariana González Roberts. Los encuentros con periodistas y compañías navarras también contaron con una gran participación, fortaleciendo el vínculo entre artistas y público.
Las residencias artísticas jugaron un papel fundamental en el festival, con muestras de «Oscopía: creo conciencia, creo con ciencia» de Estefanía de Paz Asín y «Farmacia Marcial» de Natxo Lapieza y su equipo. Estas iniciativas subrayan la importancia del desarrollo de compañías locales y la promoción del talento navarro.
Un festival social y comunitario
Ane Pikaza y María Goiricelaya, directoras artísticas del festival, destacaron el carácter social y comunitario de esta edición, logrando que el público participara activamente en el evento. La implicación de la ciudadanía fue clave para el éxito del festival, que se vivió como una auténtica fiesta en comunidad.
La repercusión mediática del festival también fue notable, con cobertura diaria por parte de la prensa local y regional, así como de medios nacionales y especializados en artes escénicas. La difusión a través de emisoras de radio como RADIO 3 y RNE, y publicaciones culturales como El Cultural y ABC Cultural, contribuyó a consolidar el prestigio del festival a nivel nacional.