Las adicciones en personas mayores son una realidad presente en Navarra pero apenas visible, según revela la investigación presentada este jueves por el Proyecto MAGNA, que pone el foco en la soledad y la falta de apoyo afectivo como principales factores desencadenantes. El estudio, pionero en la Comunidad Foral, advierte además del fuerte estigma de género que pesa sobre las mujeres, quienes encuentran más trabas para reconocer, afrontar y tratar este tipo de problemas.
El informe, elaborado con una metodología participativa que ha dado voz a personas mayores, familias y profesionales sociosanitarios, alerta de la despreocupación social frente a este fenómeno y reclama más sensibilización, recursos específicos y protocolos de actuación en el ámbito de la vejez.
“Estamos ante un problema socialmente silenciado, vinculado al vacío emocional y al aislamiento”, expresaron las personas mayores participantes en los grupos focales. La investigación refleja que, aunque ellas mismas tienden a asociar las adicciones con la juventud, la realidad muestra un patrón distinto: alcohol y tabaco son más frecuentes en hombres, mientras que el consumo de medicamentos —en especial tranquilizantes y somníferos— predomina en mujeres, con un uso más intensivo y prolongado.
Soledad, principal detonante
Los datos recogidos muestran percepciones diferentes entre mayores y profesionales. Mientras que el 42,6 % de los mayores señala la soledad como el factor clave, solo un 11,8 % de los profesionales lo identifica así, priorizando en cambio los acontecimientos vitales estresantes. Coinciden, no obstante, en que las adicciones impactan de forma significativa en la calidad de vida de los mayores y en el bienestar de sus familias.
La falta de protocolos es otro de los déficits señalados: el 70,6 % de los profesionales afirma desconocer herramientas específicas para la detección o el abordaje de estas situaciones, y la totalidad reclama más formación.
Estigma femenino
El estudio subraya que el género marca la forma de vivir y percibir las adicciones. Mientras que en los hombres el consumo de alcohol o tabaco se interpreta como parte de una trayectoria vital “esperada”, en las mujeres cualquier conducta de consumo genera mayor desaprobación social. Esta doble estigmatización contribuye a que muchas oculten o no reconozcan su situación.
Un proyecto colaborativo
El Proyecto MAGNA es fruto de la colaboración entre Antox, con más de 40 años de experiencia en el ámbito de las adicciones; Lares Navarra, referente en atención integral a mayores; y la Universidad de Navarra, con participación de sus facultades de Medicina, Enfermería, Farmacia y Comunicación. Cuenta con el apoyo del Programa Innova, impulsado por Fundación Caja Navarra y Fundación “la Caixa”.
En la presentación, celebrada en Civican, participaron profesionales de las entidades implicadas y representantes institucionales. José Ángel Andrés, presidente de Fundación Caja Navarra, destacó que se trata de un proyecto “fuera de lo común” que busca prevenir y sensibilizar a la ciudadanía para favorecer una vida plena en la vejez.
Mirada al futuro
Además de la investigación, MAGNA impulsa formación específica para profesionales y alumnado universitario, así como campañas de sensibilización. Bajo el lema “¿Vas a dejar que las pastillas decidan por ti?”, la iniciativa ya está presente en centros de salud, espacios para mayores, medios de comunicación y redes sociales.
La conclusión es clara: las adicciones en la vejez existen, tienen rostro y consecuencias, pero siguen siendo invisibles. La combinación de soledad, falta de recursos y estigmas sociales dibuja un panorama que exige respuestas urgentes para una generación que, en demasiadas ocasiones, afronta sus vulnerabilidades en silencio.